Teresa Montes y Gonzalo Melgarejo
son los nuevos propietarios de Bodegas Gallardo en la Barca de
Vejer, fundada en 1987 por el bodeguero Manuel Gallardo Romero. Se lo pensaron,
maduraron la idea y decidieron iniciar esta etapa, manteniendo el nombre y la
tradición, pero introduciendo cambios en las actividades para completar la
oferta al público, renovando algunos aspectos, incluida la imagen de la marca,
a la que han incorporado la figura de un zorro que aparece como distintivo en el
escudo de la ciudad vejeriega.
Nuestra amiga Lola López del blog La Fritada, se encargó de avisarnos a instancia de Oliva
Quirós, en la actualidad Gerente de la Bodega, y que había trabajado en la
misma en la época anterior. Ella fue la encargada de presentarnos a Teresa
Montes, que nos explicó que se ha ocupado directamente de las
actualizaciones de las instalaciones, por su relación con su profesión de
marketing, publicidad de imagen y gestión comercial, significando su
predilección por los trabajos relacionados con bodegas y vinos.
La intención es potenciar la
marca Vinos de Vexèr 1870, denominación con la que se conocía la población en
tiempos de Castilla. Así reza en la contraetiqueta de los vinos: “En 1752, el Duque de Medina Sidonia, Gran Señor de
Andalucía, obsequia al Marqués de la Ensenada un barril de vino de Vexèr,
como regalo exquisito y apreciado… Los vinos de Vexèr, fueron llevados al mundo
desde los fenicios por el Mediterráneo hasta América por castellanos y
andaluces. Hoy seguimos esa tradición.”
Las instalaciones cuentan con
luminosos y amplios salones con capacidad hasta 500 personas y un amplio jardín
que persiste en el tiempo. La pareja Melgarejo-Montes están ilusionados con el
proyecto, que además de la elaboración y venta de vinos, quieren destinar los espacios
para celebraciones de eventos de todo tipo: sociales, familiares, culturales…
donde integrar conciertos, flamenco, jazz, entre otras opciones que tienen
previstas.
Los vinos de la bodega
continúan: Marisquero, vino generoso tipo fino de las tierras gaditanas; Clarito, un
joven dulce; Doña Emilia 1914, semidulce y cremoso, variedad de Pedro
Ximénez envejecido en madera de roble; 1907, generoso y seco envejecido
en madera, con mucho cuerpo y ligeramente abocado; Oro Viejo, de uvas
Pedro Ximénez sometidas a un proceso de pasificación extremo, que potencia su
sabor dulce. No podemos dejar de mencionar a uno de los vinos más emblemáticos
de la casa: Sol de Naranja, modificado en su elaboración con naranjas ecológicas, obteniendo
un resultado superior.
Tuvimos la oportunidad de degustar sus vinos por gentileza de Bodegas Gallardo, que nos lo fueron presentando con aperitivos y platos elaborados para la ocasión, finalizando con un surtido de pastelitos marroquíes servido con su delicado Sol de Naranja, que no dudamos en adquirir para disfrutarlo en casa.
Queremos expresar
nuestra gratitud a la empresa por su deferencia con el grupo que fuimos
convocados, y muy en especial a su propietaria Teresa Montes y a la gerente
Oliva Muñoz, que nos acompañaron durante la jornada. Encantadoras ambas, nos
ofrecieron todo tipo de atenciones, dándonos explicaciones a nuestras curiosidades
sobre la bodega, los vinos y el enfoque de su flamante proyecto.
Las instalaciones están listas para comenzar esta
nueva etapa, les deseamos un exitoso futuro.
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