lunes, 25 de marzo de 2019

La Industria Almadrabera siglos XIV-XIX por Liliane Dahlmann, Presidenta de la Fundación Casa Medina Sidonia.

Este es el título de la conferencia ofrecida por Liliane Mª Dahlmann, Presidenta de la Fundación Casa Medina Sidonia dentro de las tertulias gastronómicas del Ateneo de Cádiz. Un auténtico privilegio contar con la presencia de la persona que también es la Directora-Conservadora del excepcional archivo desde el año 1985 y cuyos conocimientos están fundamentados en documentos únicos.  
Antes de comenzar la exposición, se procedió a realizar una breve presentación de nuestra invitada que, aunque nacida en Alemania, lleva residiendo en España desde 1963. Es licenciada en Historia Moderna y Contemporánea y en 1982 a requerimiento de Luisa Isabel Álvarez de Toledo y Maura, XXI Duquesa de Medina Sidonia, comenzó a trabajar en el Archivo y colaboró en el proyecto de lo que en el futuro sería la Fundación Casa de Medina Sidonia. 
A continuación, la conferenciante comenzó un recorrido por la historia de esta particular pesquería. Recordó que cuando llegó a Sanlúcar de Barrameda se conocía poco de las almadrabas, había dudas si en realidad se trataba de un arte de pesca, si así era llamada la temporada de pesca del atún, o si correspondía la denominación al lugar concreto donde se producían las capturas. Quizás fuese porque hasta entonces existían escasos estudios sobre el tema, pues estos se sucedieron a partir de los años cincuenta. Sus estudios realizados en el maravilloso archivo ducal y muy especialmente los conocimientos de la Duquesa de Medina Sidonia fueron su guía para navegar por el fascinante mundo de la industria almadrabera.
El Estrecho de Gibraltar lugar de migración de orcas y atunes, un lugar de recursos económicos muy importante, desde tiempos inmemoriales, hasta la actualidad. La pesca, la cultura del Estrecho no solo quedó reducido en este espacio, como eje vertebrador, Algeciras, La Janda, la Bahía de Cádiz, nos señalan los mecanismos de interactuación de los distintos niveles jurídicos, administrativos, económicos y sociales, llevados a cabo a lo largo de 600 años, partiendo del privilegio concedido por Sancho IV y otorgado por su hijo Fernando IV de Castilla, a Alonso Pérez de Guzmán, en 1297.
El privilegio otorgado por los distintos monarcas a la Casa de Guzmán, estaba protegido por el derecho exclusivo de armar las almadrabas, desde la Raya de Portugal hasta el Reino de Granada, frente a las demás casas nobiliarias del momento.
Los pingües beneficios que se le suponían a la industria atunera fue motivo para que el privilegio fuese contestado por los demás señores, como fue el caso del Marqués de Cádiz, o el de Ayamonte, que en 1519 pretende instalar almadraba en la zona de Lepe, Ayamonte y la Redondela. El asunto acabará en litigio y sentencia, una vez más, a favor del duque. Toda la conferencia fue apoyada y presentada con imágenes de los valiosos y diversos documentos conservados. 
A estas prerrogativas, hay que añadir la utilización, libre de impuestos de la sal, el conservante de la época del atún que salaba en las Chancas de Zahara y Conil. Asimismo, la exoneración del impuesto de la venta del pescado en general, en este caso de las alcabalas, así como el de la exportación, denominado almojarifazgo, y portazgo.

Todo ello dio lugar, con el tiempo, a largos pleitos con la Corona, sobre todo en época de Felipe II, quien declararía las salinas monopolio del Estado, quedando reducido el pretendido privilegio a 5.000 cahíces de sal por año, libres de impuestos. Lo que tendría graves consecuencias económicas para la hacienda ducal.
Se permiten construir torres vigías, no sólo para avistar los atunes sino también para el control de la piratería. En la imagen la almadraba de Zahara, elegida para la explicación por ser la que más rendimiento ha dado a lo largo del tiempo, se puede observar la especie de ensenada que se va estrechando a medida que se aproxima al Cabo de Trafagar, por allí pasarán los atunes tanto en la ida como en el retorno. 
Documentaciones hablan de las construcciones, principalmente chozos o sombrajos preparados por los marineros principalmente de Conil, que estaban durante la temporada y luego se marchaban. El I Duque de Medina Sidonia mandó a construir el Palacio de las Pilas, siendo habitado en la temporada de la captura del atún. Los duques llegaban cuando se iban a armar las almadrabas, ocupaban una de las torres con el fin de vigilar lo que allí aconteciese, así sucedió hasta el IX Duque. Lamentablemente hoy en día se conserva en muy mal estado, siendo junto a la Chanca de Conil y la de Zahara los únicos vestigios en la provincia de Cádiz de construcción industrial. En 1554 se inaugura el Mesón del Sol y varias tabernas, eso significa que cada vez vienen más extranjeros a comprar ese atún, tanto en “verde” (fresco para ser salado por el comprador) como embarrilado (conservado en sal).     
El Duque manda construir en 1566 el nuevo “salero”. Era importante para conservar la sal que venía de El Puerto de Santa María, Vejer o Barbate para que se resguardase de la humedad. Posteriormente se reconvertiría en iglesia.  
Hace unas décadas parecía estar en el olvido las almadrabas, hoy han vuelto a estar reconocidas por todos, pero esto también ocurría en otros tiempos. A partir del IX Duque hay gran documentación sobre la pesquería, pues necesitaban que los administradores de la Casa Ducal tuviesen conocimiento minucioso de ello y de todos los oficios que las almadrabas generaban para que pudiesen funcionar. Así se podía disponer para que los trabajadores ejercieran las distintas tareas de: veedores, atarrayas, ventureros, armadores, remeros, arráeces que eran en gran parte de Sanlúcar de Barrameda.   
Seguidamente habló de las Almadrabas de Tiro, para armar este entramado de pesca se necesitaban entre quinientos a seiscientos hombres. En el siglo XVIII se cambia al sistema de las Almadrabas Sicilianas, también conocidas como de Buche, estas habían predominado en el Mediterráneo, pues se precisaba mucha menos mano de obra, entre unas setenta u ochenta personas, siendo bastante más rentable. Doñana aparece ligada con las almadrabas como lugar de recursos, alcornoques y encinas para la construcción de barcas, remos, parales, corchos etc. En los Diarios del Archivo, se recogen relaciones de pertrechos y raciones necesarios para armar la almadraba en el siglo XVIII, pago de la compra de maderas de Flandes para hacer botas y barriles, año 1567, gasto personal, entre otros notables documentos. 
Hay que tener en cuenta que son 88 Diarios de Almadraba los que se conservan, con lo que podemos ver importantes datos económicos, sociales, pero también sobre la climatología, pues esos diarios recogen los vientos del día, si hay lluvia, datos sobre las mareas, en definitiva, una fuente inagotable para la ciencia de la meteorología. Mediante esta documentación se sabe que existía una panadería, de dónde provenía la harina, se conoce lo que se servía en la mesa del capitán, cuanto se gastaban en carne por persona a la semana…
La abundancia de datos y documentos fue una constante durante el transcurso de la conferencia: cómputos de atunes pescados, relaciones de atunes capturados de tres siglos (1503-1728), cuentas de las almadrabas de Conil, Zahara, Tarifa, Almería, Carboneras (Año 1786), número de atunes en Conil y Zahara desde 1540, año que se dejó de capturar en Castilnovo, manejándose cifras impresionantes como la captura de más de 100.000 atunes.  
Destacó la figura de Fray Martín Sarmiento (Villafranca del Bierzo 1695-1772); erudito benedictino y uno de los hombres más cultos de la Ilustración y entre otras materias dominaba la ciencia del mar. A requerimiento del XIV Duque hace un estudio sobre la pesca en las almadrabas, figurando en el tomo XII que es una almadraba, como se embarrilaba, o el estudio de incidencias que se dan en periodos distintos y que provocan que haya mucha cantidad de atunes o que pasen muy poco, así se puede comprender el aumento o descenso de la pesca. Significó que fue uno de los primeros ecologistas, pues daba pautas como que no se debería realizar capturas en el regreso de los atunes, no pescar los pequeños y tampoco a las hembras con el objeto de preservar la especie. 
En 1645 el IX Duque, Gaspar de Guzmán, pierde el señorío de Sanlúcar, acusado supuestamente de traición a la corona. A principios del siglo XVIII, surgen nuevos intentos de armar la pesquería, los Duques dejan de estar presentes, hay personal interpuestos que la gestionan de otra forma, pero tampoco da mucho resultado. Con José Álvarez de Toledo se pierde el apellido Guzmán, intenta también reflotar la pesquería, pero ni es andaluz, ni tampoco sabe mucho de almadrabas, así que intenta informarse y lo que consigue es dejarnos una información importantísima. En 1812 se pierden los Privilegios Jurisdiccionales, aunque continuará una lucha por los derechos señoriales perdidos, más que por rentabilidad la demandaban por prestigio. 
Concluye con imágenes de las almadrabas y su carácter de espectáculo, esto no sólo es cosa de nuestra época, sino que ya se vivía de esa forma bastantes años atrás.
En suma, una espléndida conferencia, repleta de imágenes, datos y en la que no faltó ni siquiera música, pues concluyó con una sorprendente canción titulada La Madrague de Brigitte Bardot, dedicada a este histórico arte de pesca.

Al finalizar se abrió un turno de preguntas, participando muchos de los asistentes.  
Enhorabuena a nuestra amiga Liliane Dahlmann por su completa y amena exposición, reiterándole nuestra enorme gratitud.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado tu exposición. La ponente, un lujo. Y la conferencia, inolvidable.

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  2. Charo, tu opinión nos anima a continuar. Muchas gracias.

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