viernes, 19 de julio de 2024

VEJER DE LA FRONTERA Y CARNICERÍA PACO MELERO PROTAGONITAS AL POTOPÓ

Hace unos días fuimos a dar una vueltecita por Vejer de la Frontera, una de nuestras debilidades de la provincia gaditana, no solo por su espectacular belleza, también por la familia-amigos que tenemos allí: “Los Meleros”. Tan buenos como el Lomo en Manteca al que han dado tanta fama. Y es que se dice pronto, el establecimiento lleva en la calle Juan Relinque cincuenta años, allí empezó Antonio, tío de los hermanos que regentan el cuidado local desde hace muchos años. Me cuenta Paco que su tío les enseñó importantes secretos de la profesión, detalles que guarda con sumo cariño. Ellos le han añadido la atención primorosa a los clientes, su tesón, su entrega y el estar renovándose continuamente.

Después de un precioso paseo, llegamos a la carnicería Paco Melero, allí nos recibieron nuestro querido Paco, su hermano Manolo, Daniel Varo otro miembro fundamental en el comercio y que prácticamente es como de la familia, por último, el más joven de todos, el cocinero Raúl Melero, hijo de nuestros amigos Paco y Tomasi.

Con solo entrar en el local, se percibe el orden, la limpieza, la armonía, los olores y a medida que nos van mostrando la carnes, se nos viene a la vista la calidad de la ternera, del cerdo y de las chacinas; la maestría en los cortes de las piezas, y conste que un poco entiendo porque mi abuelo, mi padre, mi familia han sido de la profesión. La evolución se observa en el meticuloso envasado para que nada se altere en el camino a casa. 

Sabe usted que Vejer se puede pintar de “colorao” con la manteca del lomo, pero también de blanco con la del solomillo, particularmente me parece delicioso. Para desayunar no hay nada más impresionante que embadurnar el pan con ñañarita.  Igual se puede hacer a media mañana con sobrasada y tomar el aperitivo junto a una rodaja de chorizo picante y salchichón tradicional.

En el almuerzo elegir la carrillera o carrillada, como usted acostumbre a llamarle, que nuestra lengua es rica y cualquiera de las dos están bien dichas; o bien las costillas en adobo con papas, un guiso de ternera con el llamado “solomillo del carnicero”, no decimos nada más… o un chuletón hecho a la parrilla que cuando se lo come uno o dos en casa, somos capaces de cantarle por alegría o por fiesta que también se canta en Cádiz.


Por la noche puede elegir unas hamburguesas recién preparadas, una cinta de lomo ibérico a la plancha o unas croquetas hechas por el cocinero de la casa Raúl. ¿De qué la quiere usted? Ahora cada semana las elabora de distintos productos hechos en el obrador: las del puchero, lomo en manteca, almuerzo campero, rabo de toro y todo lo que al joven se le ocurra. No olvidamos traernos unos exquisitos piñones de La Breña, que lo mismo sirven para echarles un puñadito a la comida, dando un toque especial, hacer un rico postre o comerse unos cuantos al final de la comida, por cierto, si los tuestas un poquito, están espectaculares.  

De momento tenemos provisiones y deseando volver. Gracias familia Melero, sois excepcionales.  

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