Este año empezaremos la felicitación justo al revés, es decir, eligiendo la última fiesta, la de los Reyes y para eso vamos a hacer nuestra particular carta.
Queridos Reyes Magos:
Pensamos
que nos hemos portado bien, por eso nos atrevemos a pedir, para el próximo año
que los familiares y amigos se tomen las cosas con más calma y así también
nosotros tengamos más serenidad. Nos gustaría que no se deje todo para el
último mes del año, se nos acumulan las conferencias, presentaciones de libros,
charlas, visitas gastronómicas, comidas con…, comidas con…, comidas con…,
además de las compras de regalos habituales, elaborar rosquitos, pestiños, el
roscón de vuestras Majestades, más los preparativos de las cenas y los
almuerzos familiares en los días más señalados. ¡Demasiado para un solo mes!
Podrían hacer algo para repartir la carga entre los 12 meses que tiene el año.
Vaya por delante nuestra gratitud.
Nos queda retroceder una semana
más y encontrarnos de lleno con la Navidad. Veinte siglos y veintidós años
conmemorando el nacimiento del Niño Dios, muy especial debe ser para que se
haya extendido tanto en el tiempo. Unos creerán más en ti que otros, pero a estas
alturas no podemos pedirles más cosas a los Magos de Oriente, a Papa Noël, San
Nicolás, Santa Claus… porqué pasa que las cosas que les pedimos cuestan mucho
dinero y Tú, Jesús, eres pobre. A ti hemos pensado pedirte algo que no
encontramos en las tiendas, ni en los centros comerciales, ni siquiera por
internet… nos gustaría que la bondad apareciera en todos los corazones de los
seres humanos, porque así podrán cesar las guerras, el hambre de partes muy
perjudicada del mundo, las persecuciones por cuestiones de fe, todo tipo de
violencia, las ansias de poder que destruye a los hombres y al planeta donde
vivimos. Si pudieras concedernos sólo eso, bondad, quizás podríamos conseguir que
el mundo fuese bastante mejor y tuviésemos una muy Feliz Navidad.
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