miércoles, 8 de abril de 2020

EMPANADILLAS DE ROPA VIEJA, PISTO, PIÑONES Y NARANJA CONFITADA.


El 29 de marzo atendiendo la convocatoria del I Concurso Mundial de Relleno de Empanadilla Confinada, realizada por nuestro ínclito amigo Pepe Monforte Ariza, presenté las Empanadillas de queso cremoso, gambas y pimientos confitados., entendiendo que eran una buena propuesta para poder optar al ansiado trofeo en esta liga de campeones, ahora que el llamado deporte rey, está en un extraño periodo de descanso. En sustitución unas buenas empanadillas bien rellenas pueden ser las reinas de un aperitivo, primer plato o acompañadas de una buena ensalada hasta plato único, que en época de cuarentena no estamos para coger peso, acordaros que luego tenemos que meternos en el bañador. 
Pero, resulta que el “partido” tiene prórroga y hay que seguir “jugando”, así que me fui al frigorífico y mis ojos se fueron hacía el paquete con cinco obleas que quedaron hace unos días, perfectamente sellado y listo para consumir. En casa no se tira nada, nos inculcaron aquello de la cocina de aprovechamiento y lo llevo a rajatabla, porque bien pensado es una pena desechar alimentos aptos para su consumo y además no es tiempo de muchas compras, que como dice mi vecina hay que salir lo sucinto.  
INGREDIENTES EMPLEADOS:

Obleas, como he referido eran poquitas de las que quedaron, pero si quieres hacer la masa en casa no lo dudes y ponte a ello. Por cierto, además de pasar un rato entre harina (por si acaso llama el cartero dos veces) amasar ayuda a pasar el tiempo y relaja.  

Media pechuga de pollo de hacer caldo, si tiene un poco de carne, pues también se aprovecha.  

Pisto o tomates fritos, usé pisto que me había quedado del día anterior.

Cebolla.

Una hoja de laurel.

Un poco de vino blanco, de esta bendita tierra, que según dicen alejan los virus.
Naranja confitada (Tenía unas cuantas tiritas) y pensé esto es los mejor que le viene al relleno, pues con el tiempo que permanecemos en casa, estamos pasando de estar confinados a estar confitados. Y entre los pimientos del otro día y las naranjas, pueden pasar a ser una especialidad de la casa. Además, con estos toques innovadores, transformamos la ropa vieja en ropa de última moda.

Un puñado de piñones, si es de La Breña, mejor que mejor. ¡Esos eran los míos!

AOVE.

Sal.

Nota: Las cantidades del relleno será dependiendo de las empanadillas que vayamos a elaborar.  
VAMOS A PREPARARLAS:

Ponemos la sartén con un poco de aceite y echamos las cebollas cortadas muy menudas y la hoja de laurel. La dejamos a fuego medio con el objeto que se ablanden sin dorarse en exceso. Una vez en su punto le añadimos el pollo y la carne troceada. Dejamos que se rehoguen un poco y agregamos sal, pimienta y un poco de vino, subiendo el fuego hasta que se consuma el exceso de líquido, entonces es el momento de echarle, el pisto o el tomate en su defecto. Como se puede comprobar es una elaboración similar a la ropa vieja.

Mientras tanto cortamos en cuadrados muy pequeñitos la naranja confitada y preparamos los piñones, si queremos darles un tueste ligero, se potenciará el sabor.  
Una vez lista nuestra ropa vieja, la vamos a dejar escurrir en un colador para que no tenga líquido que pueden estropear el relleno y el aspecto de la empanadilla.

Preparamos las obleas, dejándola encima del papel parafinado que nos facilitará a doblarlas con mayor precisión. Ayudados con una cuchara pequeña colocamos el relleno y repartimos en cada una, unos trocitos de la naranja confitada y unos cuantos piñones.  

Doblamos las empanadillas, retiramos el papel de la parte superior y sellamos con un tenedor haciendo presión.   
Para terminar, como comentamos en la receta anterior se pueden freír en abundante aceite hasta que estén doradas o bien batir un huevo y ayudados de una brocha de cocina pintarlas por la superficie. Mientras tanto calentamos el horno y luego las introducimos en una placa, colocándolas sobre papel de horno y las dejamos hasta que obtengan un bonito color dorado.  

Si se fríen, debemos colocarlas en papel absorbente para evitar el exceso de grasa, antes de servirlas. Prácticamente quedan bastante secas.  

SUGERENCIAS:

Si no tenemos naranjas confitadas, está el recurso de comprar en una pastelería (cuando sea posible) suelen conservarse bien por un tiempo. De todas formas, aconsejamos probéis las caseras que son excelentes.

Si os sobra relleno será estupendo, pues podéis probar una tortilla que os va a sorprender gratamente. No he puesto la imagen, porque cuando me di cuenta ya me había comido la mitad. ¡Oh! Prometo hacerla otro día y subir la fotografía.

¡No dejéis de hacer ambas cosas!

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