domingo, 28 de agosto de 2016

PEÑA GASTRONÓMICA VINÍCOLA EL BERRUECO, UN LUGAR DIFERENTE



No es un restaurante, tampoco una venta, su propietaria lo ha denominado Peña Gastronómica Vinícola El Berrueco, para nosotros es la casa de Amalia Quero. Ir a comer allí es hacerlo en un lugar diferente a todos. La calidez predomina desde que entramos por la puerta acristalada; la decoración de sus dos salones, los objetos antiguos expuestos por cada rincón y a disposición del cliente que desee darse un capricho o hacer un obsequio. Dentro del entorno rural resaltan las mesas puestas con clase, vistosas mantelerías, vajillas y cristalerías, estupendas cuberterías que sólo se ven en sitios muy particulares, juegos ingleses de café o té…todo ello propicia ese aire hogareño y familiar.  
 
La cocina está a cargo de la propia Amalia y cuenta con la valiosa participación de María del Carmen Díaz, a quien familiarmente llamamos Mamen. Igualmente ambas se ocupan de atender y lo hacen de forma afectuosa. Si muestras interés en una receta o en un ingrediente, no dudan en facilitarte la información y si algo está a su alcance, nos lo muestran. En la sobremesa las invitamos a sentarse con nosotros y hablando de la nuez moscada (Myristica frangans único fruto que da dos especias diferentes), preguntamos por el macis, arilo que recubre la semilla de la nuez moscada y que también se usa como especia, no tardó en levantarse ni un segundo y mostrarnos un tarro de macis en polvo con el nombre en inglés.  
Aquí no hay carta, tampoco días y horarios específicos de atención al público, insistimos nada tiene que ver con los establecimientos habituales de hostelería. Se puede comer según los deseos de cada uno y a la hora que acordemos, dependiendo sean almuerzos o cenas. Único requisito avisar con 48 horas de antelación, condición lógica al optar por un menú personalizado, tiempo mínimo para adquirir los productos y tener todo preparado para nuestra llegada. Si preferimos no pensar, elegir platos tradicionales de las diferentes provincias de España o de otras cocinas del mundo, no lo duden coméntenlo con Amalia, ella les ofertará un amplio abanico de posibilidades. Ofrecen catas, talleres, cócteles, menús a elección y los viernes, sábado y domingos, comidas temáticas y si se tercia hasta música en vivo.    
Sabemos del éxito de estas jornadas: la cocina sefardí, cubana, portuguesa, hindú…han estado presente entre otras internacionales; nosotros estuvimos en algunas como la dedicada a Galicia y la más reciente, elaborada con platos típicos de la ciudad alicantina de Elche.

En el capítulo de entrantes comenzamos por la Ensalada de Capellán. Este es un pescado que se conoce en otros sitios como bacaladilla, al que se extraen las tripas, se sala y se deja secar como se hace en nuestra zona con los “volaores”, arenques, etc. Se suele ahumar y si no se encuentra así, pues hay quien los prepara poniéndolos directamente al fuego. Por las costas del Atlántico este pescado no ha sido valorado, utilizándose generalmente en la elaboración de harinas, en cambio por la zona del levante desde tiempos pasados, ha tenido un sitio dentro de su recetario habitual. En esta ensalada, al ya conocido protagonista, le acompañan pimientos rojos asados, tomates, cebollas, un poco de ñora y aceitunas negras. Es usual que nuestros paladares tengan que hacerse a muchos nuevos sabores, pero de entrada su gusto nos recordó a la cocina de antes, quizás por el toque ahumado al fuego, como cuando el pescado se asaba a la parrilla sin más. El punto salino del pescado se equilibra bastante con el resto de ingredientes, aunque no deja de tener un toque potente. 
A continuación nos trajeron un plato con otro producto muy ilicitano Dátiles envueltos con Bacon, frutos procedentes de las palmeras de Elche, y unas originales Berenjenas a la Mistela. Dos recetas distintas servidas en el mismo recipiente por la buena combinación de sabores entre ambos. Nos dejaron descubrirlo por nosotros mismos, y luego tras el comentario, nos confirmaron que a ellas también les había parecido así y por ello habían decidido presentarlas de esta forma. El dulzor de los dátiles compagina bien con las berenjenas, que aunque llevan cebollas confitadas en mistela, como nos desvelaron, resulta un sabor más suave que intenso como se podría suponer. Mistela es un vino de sabor dulce que se elabora añadiendo alcohol al mosto de uva en cantidad suficiente para evitar que tenga lugar la fermentación. 
Entre degustaciones, confidencias, charlas, unas cervecitas Volaera por allá, unas copitas de Montelaguna por aquí, llegó el plato principal: Arroz con costra. Su elaboración tiene origen en la Edad Media y es considerada la receta de arroz más antigua que se conoce, como queda recogida por el escritor gastronómico y Jefe de Cocina del Rey Fernando I de Napolés, Ruperto de Nola, conocido también como “Mestre Robert”, en el Libro de Guisados  o Libre de Coch (1520). Por la variedad de productos puede pensarse que era comida de pudientes, pues en esa época de escasez no estaba al alcance del pueblo en general. Con posterioridad si pudo pasar a los campesinos que irían transformándolo y añadiendo los productos que ellos cultivaban en el campo y las carnes de los animales criados en las granjas. Este arroz tradicionalmente se elaboraba en unos recipientes llamados en la zona levantina “Costreras”, tipo de cazuela de metal con asas, en la actualidad se cocina en cazuela de barro y se introduce al horno eléctrico o de leña. 
Entre los ingredientes de la receta podemos encontrar, pollo, conejo, longaniza blanca, longaniza roja, blanquet (butifarra típica en la zona), morcilla, un puñado de garbanzos, arroz… Un poco antes de terminar la cocción del arroz, se cubre con varios huevos batidos. Se deja hornear hasta que se dore, con cuidado para que no se pase el punto. Un plato rotundo y rico, que bien puede ser único. Además en El Berrueco fue bastante abundante, tanto que podrían haber comido el doble de comensales. Una receta con mucho sabor y para días especiales.
Y por si era poco llegaron los postres, explicamos. Anunciada en el menú había  una Tortada de Elche, una tarta de almendra, azúcar, huevos que recuerda a la de “Santiago” pero a la que tras enfriarse, se le vierte por encima un almíbar. Podemos asegurar que a estas alturas ya no se tiene hambre, pero el aroma que trasminaba a nuestro alrededor, hizo probar un bocado ¡Vaya finura y jugosidad! Imposible no tomar un segundo bocado y otro…
Pero cuando creíamos haber concluido, nos sorprendieron con otra de las estrellas del Levante, unos cuadraditos de turrón de almendras, elaborado por ellas mismas. 
Luego café o infusiones para poder digerir tan suculenta comida, algún licor digestivo y una agradable sobremesa donde participaron estas dos mujeres que ponen todo su empeño para que la jornada sea estupenda.
 Charo Barrios e Isabel Sánchez
Esto es El Berrueco, ni más ni menos. Una idea distinta en hostelería, fruto de la creatividad de Amalia Quero, que fue fraguando en sus viajes por el mundo, descubriendo al mismo tiempo naturaleza, arte, cultura y por supuesto la gastronomía de esos lugares donde disfrutaba. 

Conocer la cocina de lugares lejanos ahora es sencillo y sin necesidad de hacer cientos de kilometros, basta con avisar al teléfono 655 56 00 22 y luego daros un paseo hasta La Janda, concretamente en la carretera de Chiclana a Medina Sidonia, Km. 9.
 Foto: Peña Gastronómica Vinícola El Berrueco
Desayunar, almorzar o cenar según te dicte tu imaginación, ahora es posible.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado la descripción!. Sin duda un almuerzo y velada muy especial.

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    1. Muchas gracias, Charo. Es cierto que fue una jornada muy grata en todos los sentidos y que gran parte de ello se debe a a vuestra compañía, conversación y cariño.

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