Siempre es un placer hacer una visita a Sanlúcar, muy especialmente si
se hace de la mano de personas interesantes y entrañables, compartiendo jornada
cultural y mesa en compañía de amigos. Una oportunidad impresionante al haber
podido traspasar puertas y ventanas del Palacio de los Guzmanes para
sumergirnos en un recorrido histórico de siglos, a través de la mirada de
Liliane Dahlmann, Presidenta de la Fundación Casa de Medina Sidonia.
En una visita de excepción tuvimos acceso al imponente archivo histórico
compuesto por más de seis millones de legajos, documentos producidos y
recibidos a lo largo de los siglos por la Casa Ducal. Tras el fallecimiento de
su padre, doña Luisa Isabel Álvarez de
Toledo y Maura, XXI duquesa de Medina Sidonia, se hace cargo del archivo
familiar, trasladándolos desde Madrid a
Sanlúcar de Barrameda. A partir de entonces, se dedica a la organización y
catalogación de los documentos que estaban en desorden y sin clasificar,
dejando diecinueve catálogos que se encuentran a disposición de los
investigadores.
En
el año 1990 la duquesa crea la Fundación Casa Medina Sidonia, siendo el
principal objetivo la conservación y difusión de los bienes que lo integran: el
palacio de los Guzmanes, su patrimonio pictórico y mobiliario, el jardín
trazado en 1541 y por supuesto el archivo histórico.
Entre
la documentación recopilada desde el siglo XIII podemos encontrar: mapas,
grabados, sellos, fotografías… y también conocer parte de la historia de las
almadrabas, de la navegación en distintas épocas, los entresijos de guerras
como la de Flandes o Portugal, los intentos de secesión de algunos estados, asimismo
aspectos de la vida cotidiana, que por fortuna quedaban reflejados para un
conocimiento riguroso de nuestro pasado.
Vino,
verduras, carnes, chocolate…aparecen asentados en los documentos de compra o
venta.
La
Presidenta de la Fundación sabe de nuestra afición por la gastronomía y tuvo la
gentileza de permitirnos tener en nuestras manos y fotografiar este
extraordinario ejemplar de Arte de Cocina de Francisco Martínez Montiño,
editado en 1662, una auténtica joya culinaria.
Tras
la interesante y cultural visita, una buena copa de manzanilla en el local que
poseen los propietarios de Viña Callejuela en la localidad sanluqueña. Luego
nos dirigimos al Restaurante La Lobera,
donde tendría lugar nuestro almuerzo. El nombre del establecimiento se debe al
apellido de su gerente y cocinero Paco Lobo, él fue quien recibió al grupo y
sugirió algunas de sus preparaciones.
Entre
los platos: el Atún en aceite de oliva virgen extra, Paté de ortiguillas, Ensalada
de quinoa y bacalao, Tarantelo de atún de almadraba a la plancha,
Arroz
negro…
A
final nos ofreció una selección de postres: Arroz con leche, Coulant
de chocolate y Tocino de cielo.
Antes
de despedirnos un posado de todo el grupo para recuerdo de otro gran día.
Nuestro
agradecimiento a las personas que han organizado esta jornada y se implicaron
para que fuese del agrado de todos. Enhorabuena y hasta pronto.
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