El
restaurante Rayuela, situado en la calle Sopranis nº 19, ha sido nuestro ocasional obrador de pan
durante los cuatro días que hemos estado metidos en harina, realizando este
interesante taller.
Los profesores
Mercedes López y Antonio Jurado, con profesionalidad y paciencia nos han ido explicando
todos los secretos de cómo hacer varios tipos de pan casero. Nos han
descubierto sus recetas, enseñándonos el paso a paso, también nos han dado consejos
sobre el amasado, la fermentación y el horneado.
Los
ingredientes imprescindibles para la elaboración del pan son: harina, agua,
levadura y sal. Dependiendo el tipo de pan que hagamos, se puede sustituir
parte de la harina blanca por otras harinas como la de centeno, integral, cebada…
también podemos combinar otros ingredientes y obtendremos panes totalmente
distintos.
Empezamos siempre por tener
todos los componentes preparados y pesados. A medida que vamos pesando los ingredientes, los echamos en el recipiente donde vamos a amasar. Hay que remover con las manos hasta que la masa se desprenda con facilidad. Luego la pasamos a la mesa, enharinada ligeramente, para seguir amasando. Es muy importante,
durante el proceso, ir introduciendo aire en la masa; para ello se coge la masa por los bordes y se va doblando
sobre sí misma. Se deja reposar aproximadamente unos 10 minutos y se vuelva a
amasar, esta operación se repite varias veces hasta que la red de gluten esté
perfectamente formada. Antes de terminar el amasado se incorpora la levadura
desmenuzada y volvemos a dejar en reposo la masa hasta que haya obtenido el volumen deseado. Entonces se
le hace un pequeño alzado
para dar aire y se forma una bola. Damos
la forma deseada, dejamos fermentar y horneamos.
Hemos presentado a los maestros panaderos: Antonio y
Mercedes. Ahora es el momento de conocer a los integrantes del taller,
continuando el orden (derecha a izquierda) después de los “profes” se
encuentran: Ángela Gallego del Grupo
Gastronómico El Almirez; Isabel Sánchez y María Luisa Ucero de nuestro blog
Cocinando al Potopó; María del Carmen Durán y Merche
Tejuca también pertenecientes al G.G. El
Almirez y Juan Antonio Mena del blog Túbal.
Pilar Acuaviva también ha realizado el taller, ella fue la fotógrafa. Por
cierto no perderos la entrada en el blog de Túbal, encontraréis un completísimo
reportaje con todas las recetas de los panes que hemos confeccionado a lo largo
del taller.
El
primer día estuvo dedicado al Pan Básico o Bobas y a las Chapatas. Las harinas que
empleamos para la elaboración de los distintos tipos de pan son las llamadas de media fuerza o de
fuerza, las harinas flojas no tienen suficiente gas para que la masa suba. La
fuerza está determinada por la cantidad de gluten, es decir a mayor cantidad de
gluten mayor Fuerza o W, normalmente las encontramos en los supermercados como:
harina de trigo normal y harina de trigo especial repostería. Además de estas existen
otros tipos: Harina floja o pastelera
W < 100 y hasta el 10% de gluten. Se utiliza para repostería. Harina de media fuerza o panadera W = 100 >
150 y hasta el 11,5% de gluten. Harinas para el uso con levadura propia de
panadería. Harina de fuerza W = 150
> 200 y hasta el 13,5% de gluten y Harina
de gran fuerza W > 200 y más de 13,5 % de gluten; estas dos harinas son
de uso de panadería y su empleo será en función de querer obtener panes más
ligeros o compactos.
Otro
ingrediente con el que nos hemos familiarizado es la masa madre, utilizada para
hacer fermentar el pan. Los panaderos tradicionalmente guardan un trozo de masa,
que separan antes de la cocción, para la elaboración diaria del pan. De
la receta del pan básico se puede reservar un poco y usarla como masa
madre. Si no se emplea en las siguientes horas, deberemos alimentarla a partir del siguiente día. Para ello se pesa el trozo que hemos guardado y se le añade harina,
justo la mitad de lo que haya pesado la masa reservada, más una cuarta parte de
agua. (Ej: 50 gr. de masa = 25 gr. de harina + 12,5 gr. de agua)
Este fue el resultado de nuestro Pan básico o Bobas y Chapatas. Entre los dos hay notables diferencias, además del resultado final, forma y sabor. En las bobas, la harina puede ser de fuerza, en las chapatas es mejor emplear de gran fuerza, además llevan mayor porcentaje de hidratación. El agua debe incorporarse poco a poco tal y como la vaya absorbiendo la masa. Terminado el amasado debe reposar a unos 26 º- 27º C para obtener tenacidad y cuerpo (estilo brioche).
Segundo
día de taller: Molletes y Pan de Pita.
Con los molletes aprendimos la técnica del boleado, esto es darle forma de bola a la masa. Para obtener un buen resultado primero hay que realizar un alzado, ya sabéis cogiendo todos los bordes y doblando hacía dentro de la masa, así le damos uniformidad y forma redonda. Luego dividimos la masa y colocamos cada porción de masa sobre la mesa limpia (sin restos de harina). Una a una, las hacemos girar con el hueco de la mano hasta que quede una bola lisa por arriba, no picada y con un pequeño ombligo por debajo. Una vez terminado este proceso, colocamos las bolitas en una bandeja espolvoreada de harina para que no se peguen. Las cubrimos con un paño limpio o con un plástico para evitar que les den el aire. Dejamos fermentar hasta que doblen su volumen, aproximadamente una hora. En ese momento es cuando se le da forma, cogiendo dos bolas y uniéndolas por la parte de abajo, presionamos ligeramente, sin que se peguen. También se puede aplanar sobre la mesa. Dejamos fermentar nuevamente hasta que doblen el volumen, colocadas con la parte bonita hacía arriba. Cuando tengamos preparados los molletes los horneamos.
Hasta
ahora los ingredientes utilizados en los distintos panes han sido los mismos,
aunque cambiando de proporciones, fermentación y técnicas. En el pan de pita o
pan árabe aparecen dos nuevos elementos: sémola y azúcar. La preparación para
darle forma al pan también es diferente. Por un lado, la masa se estira con la
ayuda de un rodillo sobre la mesa, previamente espolvoreada con bastante
semolina (podemos emplear sémola de trigo o sémola para migas, es fácil de encontrar
en grandes superficies). Y por otro, la masa se corta con ayuda de un
cortapastas redondo. Así mismo la cocción se puede hacer sobre una plancha
caliente, dándole la vuelta para conseguir que se hagan bien por ambas lados.
El
agua es un factor importante en la elaboración del pan. Teniendo en
cuenta la temperatura ambiente en invierno deberá estar natural
o tibia; en verano si fuese necesario la introduciríamos un rato en
el frigorífico.
En la siguiente imagen podemos ver cómo nos salieron los molletes y los panecillos de pita. Este pan se sirve caliente y relleno al gusto. Queda muy rico con pollo, verduras y salsa de yogur.
En
la tercera clase el turno le llegó a los
Picos y al Pan de Burguer. Según la forma que le demos a la masa, podemos
obtener los clásicos panes para hamburguesas o perritos. Este pan además de los ingredientes habituales lleva: azúcar, leche entera y
mantequilla. Una vez que se ha amasado y conseguido que la red de gluten se
haya formado es cuando se le añade la grasa. Por último, como siempre, se agrega la levadura antes del último reposo. Para trabajar esta masa sin que se pegue, se humedece
la mesa con un poco de aceite en lugar de emplear harina. El pan de burguer
admite semillas en la superficie, nosotros utilizamos sésamos. Para que las semillas queden
bien adheridas a la masa se pulveriza con agua por la parte de arriba, luego se espolvorea el
sésamo y finalmente se presionan muy ligeramente con la mano.
En la siguiente imagen podemos ver cómo nos salieron los molletes y los panecillos de pita. Este pan se sirve caliente y relleno al gusto. Queda muy rico con pollo, verduras y salsa de yogur.
La
misma fórmula sirve para el pan de perritos, solo varía la forma que se le da
al pan. En lugar de bolear la masa, se corta de forma alargadita, le
practicamos un alzado y terminamos de darle la forma con las manos, haciéndolos rodar suavemente sobre la mesa. Para
obtener el tono dorado de la superficie se pinta con huevo batido. Así de rico quedaron los panecillos para perrito y los burguer.
Los
picos además de harina de fuerza o media fuerza (llamada también Candeal) agua, sal, masa madre y levadura, llevan un poco de manteca de cerdo y aceite de oliva
virgen extra. El sistema de amasado a mano es similar al pan. Listo el
proceso, se estira la masa. Si queremos podemos agregarle pipas, sésamo, sal… les damos la forma que deseemos. En nuestro caso elegimos: liaditos, rosquillas y
pequeñas regañás.
El
último día del taller hicimos Pan de
Maíz y Pan Integral Multicereales.
Para
el pan de maíz mezclamos harina de trigo de gran fuerza con harina de maíz, el
resto de ingredientes como en otros tipos de pan, a excepción de un yogur natural sin
azúcar que ayuda a fermentar la masa. Se amasa las veces necesarias (tres o
cuatro), dejando la incorporación de la levadura desmenuzada para el último
amasado. Para saber el momento de añadir la levadura, se coge con las manos
enharinadas un trozo de masa y se abre finamente como si abriésemos un pañuelo
de tela. Si se forman agujeros con bordes lisos, no dentados es indicativo de que
se puede añadir la levadura. Cuando haya
reposado le damos un alzado flojo y un boleado, teniendo en cuenta de no picar
la masa. Al no tener gluten el maíz, se pica con mayor facilidad. Se le da
forma alargada o redonda. Durante la fermentación se debe proteger de las
corrientes de aire y preferentemente debe estar en un lugar húmedo. Si le vamos
a dar cortes a la masa para darle forma, es mejor no excedernos en la fermentación. Para realizarlos nos debemos ayudar de una cuchilla bien afilada.
Quedan muy bonitos si se espolvorea con harina, si es así se debe echar antes de cortar.
Finalizamos el taller elaborando pan integral multicereales, hecho en molde. El pan de molde puede elaborarse también con harina blanca o con una sola harina integral. En esta ocasión empleamos harina integral de gran fuerza, harina de alforfón y espelta integral. Cuando se mezclan harinas es importante que la de trigo sea de gran fuerza para proporcionarle esponjosidad.
El alforfón,
también conocido como trigo sarraceno o trigo negro, es un fruto aquenio, es
decir de una sola semilla como las pipas de girasol, y tiene forma trigonal. Por
su denominación y uso culinario suele confundirse con un cereal, pero no pertenece
a las gramíneas. Corresponde a la
familia botánica de las poligonáceas y al no ser un cereal, no tiene gluten
aunque sí un alto contenido en almidón, por ésta característica y su uso como harina
y grano, se suele considerar un pseudocereal.
La
espelta está emparentada con el trigo común y parece que se cultivaba en las
civilizaciones primitivas, por lo que puede ser uno de los cereales más
antiguos. De hecho está considerada como la variedad inicial de todos los
trigos actuales. La espelta (Triticum Spelta) es una subespecie del trigo. Se
diferencia por su cáscara, muy difícil de eliminar, y que le proporciona gran
resistencia frente a plagas. Contiene un porcentaje muy alto de hidratos de
carbono, proteínas, vitaminas, minerales y fibra.
Mientras
que esperábamos que el pan cociera en el horno, un par de noches Luis Alberto Ramírez,
propietario y cocinero del Restaurante Rayuela, nos preparó un tentempié, ¡no
todo iba a ser trabajar! Y así pudimos degustar ricas recetas de la cocina hispanoamericana
que él elabora con gran acierto: Empanadillas Criollas de Carne, Empanadillas de Berenjenas y Piñones, Croquetas de Yuca, Croquetas de Gambas al Ajillo, Salmón Marinado en Oporto con
Mermelada de Cerveza Negra y Setas con
Espinacas.
Y hasta aquí el sustancioso taller de pan, además de haber aprendido lo hemos pasado muy bien.
Buenas cosas hicisteis, y ricas debían estar. Y tu guapísima con tu pelito corto.
ResponderEliminarEs cierto Lola, hicimos más cositas de las que esperaba. Ah! muchas gracias por el piropo, eres generosa conmigo. Besos
ResponderEliminarHola Maria Luisa, menuda jornada que tuvisteis, muy completa. Un abrazo y como dice Lola, estás guapísima :-) Un abrazo y te seguimos !!
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