Las botas y los arneses
colocados, las mochilas preparadas con las herramientas adecuadas, cuerdas y
piolets en mano, los anclajes memorizados… todo preparado para un nuevo
ascenso. La cordada es de diez cocineros con un único objetivo, mostrar a todos
que la cocina serrana puede lograr poco a poco elevarse a lugares de altura.
El organizador de la expedición, Francisco Javier Perez Menacho, nuestro amigo Nene, jefe de cocina del restaurante Casa de las Piedras, situado en un enclave único: Grazalema. Allí se reunieron 10 cocineros procedentes de siete extraordinarias localidades de la zona, aunque como bien se escuchó en alguna intervención no estaban todos los que son, pero hay que comprender la imposibilidad de reunir a la totalidad de buenos profesionales de los municipios que acoge la Comarca Sierra de Cádiz.
Una
vez preparado el material, la logística, las condiciones y el trabajo elegido
por cada cocinero representando a sus restaurantes, llega el momento de la
recepción en el patio del establecimiento. Es un lugar lleno de plantas y
tranquilidad, que en esta especial noche cambiaría la calma por el bullicio de
comensales, el olor a jazmines por el no menos cautivador aroma de los
galardonados Quesos Pajarete, que junto a Cervezas Alhambra colaboraron en el evento. Entre sorbos y bocaditos de los
sabrosos quesos fuimos saludando a vecinos y buenos amigos, augurio de una
agradable velada.
Nene
estaba pletórico recibiendo a su público, a personas relacionadas con la
gastronomía, a amigos que reconocen el trabajo en los fogones de estos lugares
y que quisieron acompañarlo en lo que ha sido un gran reto. Detrás de este
reconocimiento está el esfuerzo y una labor de muchos años, consiguiendo que
estos lugares un tanto alejados y que sonaban hasta hace pocos años por sus parajes,
naturaleza, el blanco de la cal… ahora también se conozcan por sus excelentes
productos, por sus restaurantes y por el nombre de sus cocineros.
Una
vez situados en el comedor empezó la degustación del menú compuesto por diez
creaciones, los dos últimos serían los postres. El maridaje para la ocasión
fueron los acreditados vinos de Bodega Dña. Felisa de Ronda, empresa
familiar de raíces burgalesas, situada en el paraje “Chinchilla”. Los vinos
fueron presentados por Antonio del Mar Sánchez de Andalucía de Vino y cada plato por los
distintos autores.
Platos
y vinos:
Comenzó
Gemma Louisse Russel, jefa de cocina del Centro Suryalila de
Villamartín, quien presentó un Trío de Remolacha y Albahaca con crema
Pajarete y Flores. Un plato ligero, colorista y acertado para empezar
la larga función.
Antonio
del Mar realizó la introducción del Cloe Chardonnay 2018.
Ensamblaje 100% Chardonnay con pase de dos meses por barrica de roble francés.
Ligero, fresco y afrutado. Éste vino también fue la apuesta para el siguiente
plato.
Ajoblanco con sardinas ahumadas y gelatina de Pedro Ximénez, la exquisita elección fue de José Antonio
Morales, que ha cogido las riendas del Gastrobar La Piscina de El
Gastor, establecimiento que regentara su padre hace tres décadas. Morales regresó
a la población gastoreña después de ejercer como jefe de cocina de la empresa
Paradores de España.
A
continuación, el turno le llegó a Johnny Naranjo, jefe de cocina de la Villa
Turística de Grazalema, que explicó la preparación del Gazpacho asado
con gambas curadas y su jugo. La particularidad de este plato consistía
en que las verduras estaban asadas, aportándole un sabor diferente a la receta
tradicional.
El
vino servido un rosado de la bodega, Chole Rosé 2018, elaborado con
Garnacha de vendimia manual.
El
cuarto plato abría la tanda de recetas hechas con productos tradicionales de La
Sierra, aunque con aires nuevos. Se anunció el Gofre de mus de morcilla,
petazeta y aire de miel, elaborado por Carmen Tamayo, otra de
las mujeres de esta comarca con una preparación exhaustiva y que junto al
equipo que completa el Restaurante Del Carmen en Prado del Rey, han dado
un giro de 180º a la empresa familiar. Ella no pudo estar en el acto, pero se
ocupó de la elaboración a degustar en Grazalema.
Para
realzar los sabores el tinto Chinchilla Roble 2018, con un ensamblaje de
Tempranillo 90% y Tintilla de Rota 10%. Crianza de tres meses en barricas de
roble francés. Esta referencia fue también una buena combinación con el quinto plato
ofrecido.
Tosta de lengua de cerdo confitada, con tomate, albahaca, vinagre de
pistacho y mayonesa al curry,
la elaboración de Víctor Alberto Heredia de la Venta Los Alamillos de
Grazalema. El establecimiento está situado a las afueras de la población, una
vez que se gira para coger la carretera hacia Ronda. Un lugar privilegiado en
medio de la naturaleza.
Acto seguido llegó el momento del anfitrión, Francisco
Javier Pérez Menacho. Nene optó por un Donuts de pringá y glaseado de puchero. Receta tradicional
donde las haya, buscando la innovación en su apariencia.
Bien acoplado en sabores estuvo el tinto Seis + Seis. Este es un vino
elaborado a partir de uvas seleccionadas de las variedades Tempranillo y Syrah.
Envejecido en barricas de roble francés durante nueve meses. Antonio del Mar
explicó que antiguamente permanecía 6 meses en barrica y otros 6 en botella, de
ahí la denominación.
El tinto anterior también acompañó al plato escogido
por Diego
Medina Oca de Catering La
Mina de Arcos
de la Frontera, Pollo de corral macerado con hierbas
aromáticas, tinto de la sierra y cereza roja. Medina, logró el
primer premio en el apartado de platos tradicionales del Concurso al mejor
cocinero de la Sierra de Cádiz, en la edición celebrada este año.
Para finalizar este bloque Fernando
Alpresa del
Catering
Alpresa & Pengue de Bornos, escogió otro clásico de La Sierra con un toque personal, Higaditos
de cordero encebollado al Oloroso con parmentier de patata al aceite de
pimentón.
Este plato fue maridado con un tinto 85% de Cabernet
Sauvignon y 15% de Merlot, etiquetado como Doble Doce. Mención especial merece los 91 puntos obtenidos en
la guía Peñín, siendo además el primer vino español que gana un Oro al mejor
Cabernet Sauvignon del mundo en Francia.
No hay comida que se precie que no lo remate un buen
postre, en esta ocasión serían dos. El primero llegaba de manos de Ainara Pérez, la hija de Nene, a
sus trece años sigue estudiando como es lógico, pero ya ha manifestado su gusto
por la cocina. Cuando el tiempo se lo permite se anima a meterse en faena para
aprender y hacer sus pinitos, así que quiso hacerse cargo del rico Bombón
de tarta de queso, coulis de cereza y petacaramelo. Así de espectacular
irrumpió el postre en el comedor.
Para terminar Ángel Benítez, actual jefe de cocina del Restaurante
La Divina de
El Bosque, comentó la elaboración de su Creps de algarroba con mousse de plátano y coulis
de mango. Durante la velada tuvimos el placer de saludar a Antonio
Galindo, propietario
del restaurante que además atiende al público con una exquisitez absoluta.
Moscatel Maestro fue el encargado de
acompañar ambos postres. Un vino elaborado al cien por cien con uva Moscatel de
Alejandría. Dejamos una imagen de las distintas referencias servidas en el
evento.
Al concluir la cena brindis del equipo de
cocineros, que se ganó el aplauso de los asistentes. Salimos de nuevo al patio,
donde comenzamos y allí un eufórico Nene, dio las gracias a todos los
asistentes, a los blogueros gastronómicos y muy especialmente a todos sus
compañeros por el gran esfuerzo realizado. Junto a Javier Pérez Castro, segundo
Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Grazalema, entregaron un diploma como
recuerdo de la extraordinaria participación a todos los cocineros.
Faltaría aún por llegar otro delicioso momento, la
actuación de la cantante Cristina Valgal, acompañada a la guitarra por Diego Puya. Nos deleitaron con preciosas
canciones mientras que tomábamos un chupito de otra empresa colaboradora Licores Grazalemeños o bien una copa
o refresco, de nuevo por gentileza de Nene.
Una noche espléndida por la que felicitamos a Francisco
J. Pérez Menacho, nuestro querido Nene, por su tesón, su esfuerzo y generosidad
en organizar este evento. Por supuesto expresarle nuestro profundo
agradecimiento por invitarnos con insistencia, fue fundamental para que estuviésemos
una vez más en casa. Sentimos una gratitud inmensa, porque asistiendo se toma
conciencia del arduo trabajo realizado, no es fácil que diez cocineros trabajen
en la cocina que diariamente lo hace un solo equipo de cocina. También agradecidos
porque nos brindó la oportunidad de encontrarnos con amigos que hacía tiempo no
estábamos; verlos, abrazarlos, compartir un rato, reírnos… siempre es motivo de
alegría.
Enhorabuena a todos los cocineros, participantes y
personas que contribuyen a coronar cumbres con la bandera de la gastronomía de
La Sierra de Cádiz. ¡Vamos por la siguiente! Entre todos podemos conseguir
subir al pico más elevado.
Leyéndote se da uno cuenta de tu vinculación sentimental con los pueblos de la Sierra de Cádiz, una comarca especial dentro de la provincia, de la que conoces muy bien su gastronomía, y que a mi en concreto me ha ido enamorando poco a poco. Genial.
ResponderEliminarAsí es Charo, cuestión del corazón. Soy de las personas que aman a Cádiz, más allá de Cortadura y de los dos brazos (puentes) que se aferran con fuerza a nuestra hermosa y acogedora provincia. De La Sierra me enamoré siendo joven, y nuestra relación en vez de enfriarse se afianza ardiente con el tiempo. Mi mayor satisfacción es que a mis amigos, como tú, os cautive con sus encantos, con sus deliciosos productos, con su cocina, con sus gentes... y viváis atrapados para siempre. GRACIAS AMIGA.
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