Este
es el título de la conferencia ofrecida por Liliane Mª Dahlmann, Presidenta de
la Fundación Casa Medina Sidonia dentro de las tertulias gastronómicas del
Ateneo de Cádiz. Un auténtico privilegio contar con la presencia de la persona
que también es la Directora-Conservadora del excepcional archivo desde el año
1985 y cuyos conocimientos están fundamentados en documentos únicos.
Antes de comenzar la exposición, se procedió a
realizar una breve presentación de nuestra invitada que, aunque nacida en
Alemania, lleva residiendo en España desde 1963. Es licenciada en Historia
Moderna y Contemporánea y en 1982 a requerimiento de Luisa Isabel Álvarez de
Toledo y Maura, XXI Duquesa de Medina Sidonia, comenzó a trabajar en el Archivo
y colaboró en el proyecto de lo que en el futuro sería la Fundación Casa de
Medina Sidonia.
A continuación, la conferenciante comenzó un
recorrido por la historia de esta particular pesquería. Recordó que cuando
llegó a Sanlúcar de Barrameda se conocía poco de las almadrabas, había dudas si
en realidad se trataba de un arte de pesca, si así era llamada la temporada de
pesca del atún, o si correspondía la denominación al lugar concreto donde se
producían las capturas. Quizás fuese porque hasta entonces existían escasos
estudios sobre el tema, pues estos se sucedieron a partir de los años cincuenta.
Sus estudios realizados en el maravilloso archivo ducal y muy especialmente los
conocimientos de la Duquesa de Medina Sidonia fueron su guía para navegar por
el fascinante mundo de la industria almadrabera.
El Estrecho de Gibraltar lugar de migración de
orcas y atunes, un lugar de recursos económicos muy importante, desde tiempos
inmemoriales, hasta la actualidad. La pesca, la cultura del Estrecho no solo
quedó reducido en este espacio, como eje vertebrador, Algeciras, La Janda, la
Bahía de Cádiz, nos señalan los mecanismos de interactuación de los distintos
niveles jurídicos, administrativos, económicos y sociales, llevados a cabo a lo
largo de 600 años, partiendo del privilegio concedido por Sancho IV y otorgado
por su hijo Fernando IV de Castilla, a Alonso Pérez de Guzmán, en 1297.
El privilegio otorgado por los distintos
monarcas a la Casa de Guzmán, estaba protegido por el derecho exclusivo de
armar las almadrabas, desde la Raya de Portugal hasta el Reino de Granada,
frente a las demás casas nobiliarias del momento.
Los
pingües beneficios que se le suponían a la industria atunera fue motivo para
que el privilegio fuese contestado por los demás señores, como fue el caso del
Marqués de Cádiz, o el de Ayamonte, que en 1519 pretende instalar almadraba en
la zona de Lepe, Ayamonte y la Redondela. El asunto acabará en litigio y
sentencia, una vez más, a favor del duque. Toda la conferencia fue apoyada y
presentada con imágenes de los valiosos y diversos documentos conservados.
A
estas prerrogativas, hay que añadir la utilización, libre de impuestos de la
sal, el conservante de la época del atún que salaba en las Chancas de Zahara y
Conil. Asimismo, la exoneración del impuesto de la venta del pescado en
general, en este caso de las alcabalas, así como el de la exportación,
denominado almojarifazgo, y portazgo.
Todo
ello dio lugar, con el tiempo, a largos pleitos con la Corona, sobre todo en
época de Felipe II, quien declararía las salinas monopolio del Estado, quedando
reducido el pretendido privilegio a 5.000 cahíces de sal por año, libres de
impuestos. Lo que tendría graves consecuencias económicas para la hacienda
ducal.
Se permiten construir torres vigías, no sólo
para avistar los atunes sino también para el control de la piratería. En la
imagen la almadraba de Zahara, elegida para la explicación por ser la que más
rendimiento ha dado a lo largo del tiempo, se puede observar la especie de
ensenada que se va estrechando a medida que se aproxima al Cabo de Trafagar,
por allí pasarán los atunes tanto en la ida como en el retorno.
Documentaciones hablan de las construcciones, principalmente
chozos o sombrajos preparados por los marineros principalmente de Conil, que
estaban durante la temporada y luego se marchaban. El I Duque de Medina Sidonia
mandó a construir el Palacio de las Pilas, siendo habitado en la temporada de
la captura del atún. Los duques llegaban cuando se
iban a armar las almadrabas, ocupaban una de las torres con el fin de vigilar
lo que allí aconteciese, así sucedió hasta el IX Duque. Lamentablemente hoy en
día se conserva en muy mal estado, siendo junto a la Chanca de Conil y la de
Zahara los únicos vestigios en la provincia de Cádiz de construcción industrial.
En 1554 se inaugura el Mesón del Sol y varias tabernas, eso significa que cada
vez vienen más extranjeros a comprar ese atún, tanto en “verde” (fresco para
ser salado por el comprador) como embarrilado (conservado en sal).
El Duque manda construir en 1566 el nuevo “salero”. Era importante para conservar la sal que venía de El Puerto de Santa María,
Vejer o Barbate para que se resguardase de la humedad. Posteriormente se reconvertiría
en iglesia.
Hace unas décadas parecía estar en el olvido las almadrabas, hoy han
vuelto a estar reconocidas por todos, pero esto también ocurría en otros
tiempos. A partir del IX Duque hay gran documentación sobre la pesquería, pues
necesitaban que los administradores de la Casa Ducal tuviesen conocimiento minucioso
de ello y de todos los oficios que las almadrabas generaban para que pudiesen
funcionar. Así se podía disponer para que los trabajadores ejercieran las
distintas tareas de: veedores, atarrayas, ventureros, armadores, remeros, arráeces
que eran en gran parte de Sanlúcar de Barrameda.
Seguidamente habló de las Almadrabas de Tiro, para armar este entramado de pesca se necesitaban
entre quinientos a seiscientos hombres. En el siglo XVIII se cambia al sistema
de las Almadrabas Sicilianas,
también conocidas como de Buche,
estas habían predominado en el Mediterráneo, pues se precisaba mucha menos mano
de obra, entre unas setenta u ochenta personas, siendo bastante más rentable. Doñana
aparece ligada con las almadrabas como lugar de recursos, alcornoques y encinas
para la construcción de barcas, remos, parales, corchos etc. En los Diarios del Archivo, se recogen
relaciones de pertrechos y raciones necesarios para armar la almadraba en el
siglo XVIII, pago de la compra de maderas de Flandes para hacer botas y
barriles, año 1567, gasto personal, entre otros notables documentos.
Hay que tener en cuenta que son 88 Diarios de Almadraba los que se
conservan, con lo que podemos ver importantes datos económicos, sociales, pero también
sobre la climatología, pues esos diarios recogen los vientos del día, si hay
lluvia, datos sobre las mareas, en definitiva, una fuente inagotable para la
ciencia de la meteorología. Mediante esta documentación se sabe que existía una
panadería, de dónde provenía la harina, se conoce lo que se servía en la mesa
del capitán, cuanto se gastaban en carne por persona a la semana…
La abundancia de datos y documentos fue una
constante durante el transcurso de la conferencia: cómputos de atunes pescados,
relaciones de atunes capturados de tres siglos (1503-1728), cuentas de las
almadrabas de Conil, Zahara, Tarifa, Almería, Carboneras (Año 1786), número de
atunes en Conil y Zahara desde 1540, año que se dejó de capturar en Castilnovo,
manejándose cifras impresionantes como la captura de más de 100.000 atunes.
Destacó la figura de Fray Martín Sarmiento (Villafranca del Bierzo 1695-1772); erudito
benedictino y uno de los hombres más cultos de la Ilustración y entre otras materias
dominaba la ciencia del mar. A requerimiento del XIV Duque hace un estudio sobre
la pesca en las almadrabas, figurando en el tomo XII que es una almadraba, como
se embarrilaba, o el estudio de incidencias que se dan en periodos distintos y
que provocan que haya mucha cantidad de atunes o que pasen muy poco, así se
puede comprender el aumento o descenso de la pesca. Significó que fue uno de
los primeros ecologistas, pues daba pautas como que no se debería realizar capturas
en el regreso de los atunes, no pescar los pequeños y tampoco a las hembras con
el objeto de preservar la especie.
En 1645 el IX Duque, Gaspar de Guzmán, pierde
el señorío de Sanlúcar, acusado supuestamente de traición a la corona. A
principios del siglo XVIII, surgen nuevos intentos de armar la pesquería, los
Duques dejan de estar presentes, hay personal interpuestos que la gestionan de
otra forma, pero tampoco da mucho resultado. Con José Álvarez de Toledo se
pierde el apellido Guzmán, intenta también reflotar la pesquería, pero ni es
andaluz, ni tampoco sabe mucho de almadrabas, así que intenta informarse y lo
que consigue es dejarnos una información importantísima. En 1812 se pierden los
Privilegios Jurisdiccionales, aunque continuará una lucha por los derechos
señoriales perdidos, más que por rentabilidad la demandaban por prestigio.
Concluye con imágenes de las almadrabas y su carácter de espectáculo, esto no sólo es cosa de nuestra época, sino que ya se vivía de esa forma bastantes años atrás.
Concluye con imágenes de las almadrabas y su carácter de espectáculo, esto no sólo es cosa de nuestra época, sino que ya se vivía de esa forma bastantes años atrás.
En suma, una espléndida conferencia, repleta de
imágenes, datos y en la que no faltó ni siquiera música, pues concluyó con una
sorprendente canción titulada La Madrague de Brigitte Bardot, dedicada a este histórico arte de pesca.
Al finalizar se abrió un turno de preguntas,
participando muchos de los asistentes.
Enhorabuena a nuestra amiga Liliane Dahlmann
por su completa y amena exposición, reiterándole nuestra enorme gratitud.
Me ha encantado tu exposición. La ponente, un lujo. Y la conferencia, inolvidable.
ResponderEliminarCharo, tu opinión nos anima a continuar. Muchas gracias.
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