El
Grupo Gastronómico Gaditano ha
cumplido 30 años desde que estos entusiastas de la buena comida decidieran
unirse para disfrutar en sus ratos libres de la amistad, de los platos de la
tierra con fundamento y de vinos criados en las prestigiosas bodegas de nuestra
provincia. Sus inquietudes y conocimientos sobre la herencia culinaria de nuestros
antepasados, han sido compartidos desde el principio con aquellos que hemos
estado interesados en seguir sus charlas,
las recetas y artículos publicados en su blog, sus comentarios en la prensa o
sus referencias en los numerosos libros editados. Sin duda, una extraordinaria
labor que con la suma de otros gaditanos, tripulantes en un mismo barco, navegan
en una travesía certera con un objetivo común: llevar al mejor puerto la gastronomía
gaditana.
Foto de la portada facebook del GGG
El
acto que tuvo lugar en el Hotel Playa
Victoria de Cádiz, estuvo presentado por el escritor gastronómico y miembro
del grupo Carlos Spínola, que cedió la
palabra al actual presidente, José
Manuel Pérez Moreno, dando la bienvenida a los presentes. Luego realizó un
breve repaso de la trayectoria de estas tres décadas y en nombre de todos los
compañeros le rindió un emotivo homenaje al fundador de la entidad y presidente
honorífico Eugenio Barea, quien
afirmó que en tantos años, la amistad ha sido traspasada por un auténtico
sentimiento fraternal.
A
continuación el periodista Pepe Monforte
intervino con su sentido del humor, al más puro estilo gaditano, reflejando la
similitud entre las distintas etapas de alimentación por las que pasa el ser
humano y las fases según las edades de los componentes del GGG.
Tras
su intervención llegó el turno de la Mesa Redonda: 30 años de gastronomía gaditana,
en el que Monforte participó junto a
Fernando Córdoba, reconocido
cocinero del restaurante El Faro de El Puerto, Rafael Paul y Manuel Fernández-Trujillo, miembros del Grupo.
Siguiendo
el programa de actos, Casto Palacios
presentó el nuevo libro titulado, Sabores
Gaditanos, realizado y editado por la entidad gastronómica con motivo
de su aniversario. La publicación ofrece artículos de los integrantes sobre la
cocina de la provincia haciendo un recorrido por tapas, vinos y la vinculación
culinaria con la cultura, las fiestas, el mar o las tradiciones; así como una
recopilación de 150 recetas que ellos mismos han elaborado a lo largo de todo
este tiempo con productos de la tierra.
Después
se proyectaron dos breves videos, el primero sobre la historia del GGG y el segundo un entrañable recuerdo
cronológico de los premios que viene concediendo esta entidad gastronómica
desde 1987 a personas o entidades que sobresalgan en la defensa y divulgación
de la cocina gaditana. Inmediatamente se procedió a hacer entrega del Premio
2015, otorgado en esta edición al restaurante Venta Melchor por su labor en la modernización y recuperación de la cocina de La Janda en
particular y de toda la provincia en general. La venta está situada en “El
Colorado, es decir, Conil, al lado” como decía la chirigota de Juan Carlos
Aragón, Los Kadi City (1997) - Ubicación oficial: Ctra. Nacional 340, Km 18,
Conil de la Frontera. La distinción fue recogida por los propietarios del
establecimiento Juan Carlos Almazo,
un ventero de lujo que domina la sala con simpatía, además de lanzarse en sus
ratos libres al rescate de recetas antiguas de la cocina gaditana para que Petri Benítez, Jefa de Cocina y esencia
de los fogones del lugar, las actualice con su toque personal, aunque siempre respetando
las raíces y cuidando los excelentes productos de la zona.
El
acto finalizó con un aperitivo servido en la espléndida terraza del
establecimiento hotelero, donde se compartió momentos de charla entre los
asistentes y algunas fotografías para inmortalizar el momento.
Nuestra
más sincera enhorabuena al Grupo
Gastronómico Gaditano por su tenaz labor, por la presentación de su nueva
obra a la que auguramos un rotundo éxito, así como por el acierto en la
concesión del premio anual entregado a Petri
y Juan Carlos artífices de la afamada Venta
Melchor. Felicitamos efusivamente a ambos protagonistas por el merecido
reconocimiento, a los que dedicamos unas líneas a modo de un particular homenaje en consideración al esfuerzo y el
buen trabajo de tantos años.
Foto de Petri Benitez
Las
ventas de nuestra provincia tuvieron en una época un carácter tan especial, que
no solo se iba a comer y a beber, eran mucho más. Establecimientos de
celebraciones familiares, de reuniones de amigos, de tertulias, de cante e
incluso escenarios para expresar letras críticas carnavalescas, en un tiempo
que la censura ordenaba cambiar las coplas de Carnaval y por ello se elegían
estos sitios aislados para que las agrupaciones interpretaran el repertorio con
tranquilidad. No nos vamos a extender sobre
la historia de estos populares lugares que para eso está el libro: Cádiz Venta a Venta, escrito por Elena
Posa para la Diputación de Cádiz en 1999, y que podemos considerar un tratado
de las ventas gaditanas.
Sí
significamos, que con posterioridad hubo un cierto declive porque a algunos les
dieron por pensar que no eran sitios de categoría. ¡Un despropósito! Quizás lo
que necesitaban eran un cambio y eso es lo que se ha producido en la actualidad,
existiendo un transformación evidente, sin perder las cualidades que las distinguen.
Las
ventas siempre han estado vinculadas con la cocina contundente y casera, hoy
además por fortuna se cuida la calidad, los productos, la presentación, el
servicio, sin abandonar jamás la tradición. Hay muchas y buenas en la provincia
gaditana, aunque para no dejar de mencionar a ninguna que tenga una buena
consideración del público no haremos referencias. Solo hablaremos hoy como
reconocimiento a todas ellas, de la Venta Melchor por el prestigioso galardón
recibido.
Potaje de Garbanzos con calamares y Pasta fresca con gambas
Venta Melchor
La
historia de esta venta comienza por los años 1960 que Melchor Almazo sopesó la
posibilidad de montar un ultramarinos donde vender de todo para abastecer a los
vecinos de la zona y equiparlo con servicio de bar, típico en estos
establecimientos, aunque en un principio solo ofrecían bebidas y alguna que
otra conserva, especialmente de atún de la zona. Con el tiempo se convirtió en
una zona fluida de paso de tráfico y una parada habitual, por lo que Melchor y
su mujer Joaquina Muñoz empezaron a hacer tapas para atender a los clientes y
un poco más adelante a preparar guisos para los domingueros que acudían con la
familia al pinar de “El Colorao” a pasar un día de campo.
Cazón en tomate y Alcauciles con chícharos y habas
Juan Carlos, uno de los seis hijos del matrimonio, cuenta que desde chiquito,
con apenas 10 años, ayudaba a los padres a servir mesas los fines de semanas, a
fregar subido en unas cajas vacías de bebidas y que por entonces para poder
llegar al tiro de la cerveza, tenía que dar saltos e incluso alguna vez quedando
colgado del mismo por falta de fuerza para bajarlo. Él cuenta aquellas
vivencias con una sonrisa y además confiesa que aprendió y decidió al dejar los
estudios dedicarse por entero a la profesión que le gustaba. Se casó con
veintidós años y fue entonces cuando sus padres deciden que era el momento que
Juan Carlos, asumiera la responsabilidad de regentar la venta por sí solo y
quiso la fortuna que se uniera en matrimonio con Petri Benítez. Ésta extraordinaria,
agradable y trabajadora mujer, hija de Juan Benítez, almadrabero de profesión y
de Pepa Sánchez, que ayudaba en su casa con labores de costura, le confió a su
hija Petri que hiciera la comida para su familia, con esos genes no es de
extrañar que la Jefa de cocina borde los platos de atún de almadraba y de todo
producto que se le ponga por delante.
Ventresca de atún encebollada y Revuelto de berenjenas y almejas
Así
que desde hace casi treinta años, el matrimonio Almazo-Benítez viene ofreciendo
a sus clientes, paisanos y visitantes de cualquier parte, la comida tradicional gaditana, recetas aprendidas de
chiquita por Petri, otras enseñadas por su suegra y mientras tanto, ella leía y
se quedaba con lo mejor de cada libro de cocina, o de los platos de los buenos
profesionales porque de vista y sensaciones también se captan conocimientos, luego
ha aplicado en los fogones lo mejor de sus experiencias, especialmente una
cocina al más puro estilo del lugar con su creatividad y toque personal. Sus
propietarios con inteligencia han querido conservar el carácter de las ventas,
dotándola de un estilo de buen gusto, donde las gentes se encuentran como en
casa, en particular con la elección de los platos de siempre, aquellos que nos
ponían nuestras abuelas y nuestras madres. En definitiva, un dulce de venta
como los que ofrecen en los finales de sus sabrosas comidas.
Enhorabuena por mantener nuestras costumbres, por vuestros productos,
por vuestras atenciones y por el estupendo premio que ahora disfrutáis.
Un magnífico trabajo divulgativo, María Luisa. Muchas felicidades, a ti y a los receptores del premio. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Mercedes. Es nuestra modesta aportación para que la gastronomía gaditana y sus actividades se difundan en beneficio de la provincia gaditana.
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