Tenemos la suerte de tener algunos amigos que van más
allá del significado de la amistad: “Confianza y afecto desinteresado entre las
personas”; tanto es así que nuestro trato es de familia. Hemos visto crecer a
sus hijos, y ahora nacer a sus nietos; hemos compartido muy buenos momentos y
algunos menos, que para eso también estamos los amigos. Impagable es cuando uno lo
necesita y ahí están los tuyos. Pero,
¿sabéis para qué nos reunimos con frecuencia? Sí, los que hayáis pensado… para
comer, habéis acertado de pleno; bien sea para celebrar algún acontecimiento o
simplemente por estar juntos. ¡Vamos...nada nuevo! En esta ocasión el motivo: un
Ajo jerezano (Gazpacho caliente, Ajo campero, Ajo Viña… nombres diferentes que
recibe este tradicional plato).
¿Dónde lo
hicimos? Pues donde sabe mejor… en el campo. Muchos sabréis que era una comida
muy usual entre los agricultores y vendimiadores de la campiña de Jerez. En la
actualidad es posible degustarlo en las ventas de la zona con el mosto de
temporada.
En Jerez se solía hacer el Ajo con tomates
propios de viña, criados en tomateras cuyos frutos crecen en rama y son de
tamaño medianitos. En la actualidad es difícil encontrarlos, por ello hay quienes lo
siembran para consumo propio. Se pueden sustituir por tomates maduros y colorados.
1 Kilo de tomates
6-8 dientes de ajo (se suele poner uno por persona, no obstante dependerá de las preferencias de cada uno)
4 Pimientos verdes
6-8 dientes de ajo (se suele poner uno por persona, no obstante dependerá de las preferencias de cada uno)
4 Pimientos verdes
1 Pan de pueblo (hecho de un día o dos)
Aceite de Oliva Virgen Extra Agua hirviendo
Sal
3 Huevos duros
2 Pimientos asados
Vamos a
prepararlo:
Seguimos las
instrucciones de nuestra amiga Isabel, vecina de Jerez y que además de haber
formado, junto a su marido Pepe, una entrañable familia, regentaron durante
muchos años el Bar La Habichuela, ni que decir tiene que los guisos y la cocina
tradicional se le da muy, muy bien. El trabajo lo realizamos en equipo, resulta más ameno y no se carga toda la tarea a una sola persona.
Empezamos lavando los tomates y poniéndolos a hervir en una olla con agua para que los podamos pelar bien. En otro recipiente ponemos los huevos a cocer, una vez listos los apartamos, los pelamos y los troceamos. Limpiamos los pimientos de asar y los introducimos en el horno, cuando estén asados se les quita la piel, se cortan a tiras y reservamos. También se pueden tener hechos de vísperas. Preparamos el pan desmenuzándolo en trozos pequeños.
Empezamos lavando los tomates y poniéndolos a hervir en una olla con agua para que los podamos pelar bien. En otro recipiente ponemos los huevos a cocer, una vez listos los apartamos, los pelamos y los troceamos. Limpiamos los pimientos de asar y los introducimos en el horno, cuando estén asados se les quita la piel, se cortan a tiras y reservamos. También se pueden tener hechos de vísperas. Preparamos el pan desmenuzándolo en trozos pequeños.
Mientras tanto,
majamos en un dornillo los ajos y los pimientos verdes cortados en trocitos
pequeños. Se le añade la sal y se continua majando, es una tarea de paciencia
porque todo debe quedar triturado muy fino. Lo mejor es que los más fuertes echen una mano, en nuestro caso
contamos con la ayuda de una de las hijas, Pilar Emma y la de su marido, José
Antonio; ambos hicieron un excelente trabajo. A continuación se van sacando los
tomates, dejando el agua en la olla para utilizarla más tarde.
A medida que
retiramos la piel a los tomates, los vamos agregando al dornillo, machacándolos
hasta que queden totalmente triturados.
Entonces
vamos incorporando el pan y agregándole el aceite de oliva virgen de nuestra
tierra. A continuación le echamos el
agua hirviendo que habíamos reservado de escaldar los tomates y se continúa
machacando el pan y mezclamos bien todos los ingredientes. No se debe echar
toda de golpe, nos interesa conseguir el espesor justo y es mejor ir rectificando
sobre la marcha.
Una vez
listo, le ponemos por encima los pimientos asados y los huevos duros picados,
tapamos con un paño y dejamos reposar. Si vamos a
tardar unos minutos en comerlo, podemos colocar el dornillo de barro, de madera
o lebrillo en la boca de la olla, que hemos empleado antes, con agua hirviendo,
así mantenemos la temperatura.
Se sirve caliente acompañados con
rábanos pelados, dándoles un cortesito en el extremo y se les deja un poco del tallo verde para cogerlos
con los dedos. El Ajo es una comida típica de cuchará y paso atrás.
Esta es una receta donde el pan es el ingrediente principal, con este común alimento se elabora todo un recetario de platos enraizados en toda la provincia gaditana. Los que habéis leído Cádiz, una provincia para comérsela lo recordaréis y si queréis repasarlo se habla de ello en las páginas 72, 99, 131, 137, entre otras.
Familia, hasta la próxima, que sea prontito. Por cierto, el mosto casero muy bueno también, os dejo con un brindis por todos.
Un paso a paso detalladisimo…gracias por la receta, que a esta le tengo ganas para estrenar un lebrillo de lebrija, que me regalaron para esta receta, así que con tu permiso la intentaremos hacer en casa ;O)
ResponderEliminarMis queridos Tubales, me encantará que estrenéis ese magnífico lebrillo con esta receta de Ajo. Ya me contaréis.
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