Sobre
un empinado cerro se extiende la hermosa localidad de Olvera, desde su punto más alto podemos divisar un espléndido
paisaje que invita a regresar una y otra vez para descubrir sus rincones con
lentitud.
Allí
tenemos al amigo Paco Medina,
conocido profesional que regenta la Bodeguita "Mi Pueblo" y autor del libro “La Tapa Antigua” publicado por la
Diputación de Cádiz. Empezó por los años noventa y aunque ha cambiado en varias
ocasiones de local, siempre su bar-restaurante ha llevado el nombre de “Mi
Pueblo”´. El motivo es sencillo, Paco, es un enamorado del lugar, con un don
especial para las relaciones públicas, además de un defensor de la gastronomía
casera local.
Así
que un buen día nos propuso a nuestra querida Lola López del Blog "La Fritada" y a nosotros, que organizáramos un
grupo de amigos vinculados con la gastronomía para realizar una visita a Olvera
y él se encargaría de preparar las actividades. El resultado no ha podido ser
mejor, por ello queremos compartir la experiencia con vosotros para que en
cualquier momento que podáis, disfrutéis de una vivencia parecida.
Hay
que significar que nosotros lo hemos tenido muy fácil, gracias a que Paco
Medina, nos ofreció un trato exquisito desde la llegada hasta la despedida. Nos
condujo a los distintos lugares del pueblo, llevó a algunas personas del grupo
en su propio coche, nos presentó a los propietarios de las empresas que
visitamos y en su restaurante nos ofreció un derroche de atenciones para que
volviésemos contentos de Olvera y desde luego lo consiguió.
Empezaremos
a contar la fructífera visita guiada que iniciamos en la plaza de la Iglesia
Parroquial Nuestra Señora de la Encarnación, la monumental iglesia de
estilo neoclásico construida sobre la antigua de estilo gótico-mudéjar, de la cual aún se conserva su ábside.
Continuamos
con un bello recorrido por el Barrio de
la Villa, formado por tranquilas y estrechas calles, casas blancas a
distintos niveles que junto a la iglesia y el Castillo conformaban la ciudad
fortificada árabe.
Seguimos
con interés las explicaciones ofrecidas por Sara, guía de la Oficina de Turismo de Olvera y que no llevaría hasta el
próximo destino, el Castillo.
Construido
a finales del siglo XII, el Castillo formaba parte del sistema nazarí de
Granada. Su posición estratégica permitía divisar las fronteras de los
musulmanes y los cristianos.
La fortaleza consta además de la torre del
homenaje, que tiene forma de cubo y dispone de dos plantas, lienzo de muralla con paso de ronda, un recinto subterráneo y
dos aljibes, uno de ellos suministraba agua a la torre. A su zona más alta se
accede a través de una estrecha escalera de caracol.
Asentado sobre el paseo de ronda de las
murallas se encuentra La Cilla, nombre que recibía la casa o cámara donde se
recogía el grano, es decir el antiguo depósito para diezmos. En este lugar se
entregaba la décima parte de la cosecha como tributo a la iglesia o al rey. En
la actualidad se encuentra la Oficina Municipal de Turismo y Museo la Frontera y los Castillos.
En el museo se muestran los principales
rasgos de la vida en la frontera de forma didáctica y escenográfica, además de
maquetas y paneles que informan sobre la historia de la
localidad.
A unos dos kilómetros de la población se sitúa
el Santuario de la Virgen de los Remedios, patrona de Olvera. Cuenta con gran
devoción entre los habitantes y en sus alrededores se celebra la Romería del
Lunes de Quasimodo, el segundo lunes tras la fiesta de la Resurrección.
Este día es tradición degustar la torta del
lunes, llamada también hornazo, torta de pellizco, bollo o torta de aceite y
almendras... Se suele elaborar con masa de pan, aceite, azúcar, limón,
matalahúva y almendras. En la fiesta esta torta se emplea como base para
sostener el huevo del hornazo y se decora con golosinas especialmente para los
niños. Era habitual hacerla en casa, aún hay personas que la siguen elaborando
de forma casera, aunque en la actualidad se consume durante todo el año,
constituyendo un atractivo gastronómico para los visitantes que pasan por las confiterías
de la población para compartirla con la familia. Nosotros tuvimos la
oportunidad de probar la elaborada en la cafetería Hipanova, situada en la
Avenida Juliá Besteiro, nº 140.
Paco
Medina es un enamorado de la cocina tradicional y esta afición la comparte con
su mujer, Lola, quien le acompaña en el local; de esta forma Paco, a las horas
de las comidas puede atender a los clientes en la barra y la sala. Le avalan
más de veinticinco años de experiencia profesional. También le gusta
experimentar con nuevas tapas pero sin perder la esencia. Pues dejamos a su
criterio la preparación del menú que empezó en primer lugar con unas clásicas
tapas de Sangre en tomate, Higadito y Chorizo de la tierra.
Luego
llegarían una Ensalada de mango con Atún macerado y un Surtido de croquetas de rabo de toro, de carabineros y las llamadas “del
Cádiz”. Estas últimas son
similares a las croquetas del puchero pero él le aporta color amarillo en honor
al equipo de futbol gaditano.
En
el siguiente tramo llegarían los Langostinos al vino Alfonso, Tostaditas de
lomo en manteca y las de Solomillo de atún con salsa de cerezas.
Un
nuevo trecho lo compondrían los platos de Pluma ibérica
al Pedro Ximénez y Tierra
y mar, un salteado de pulpo, langostinos y champiñones.
Por si era poco llegarían los postres: Tartas de Queso, de Chocolate y
de Carne Membrillo.
Al día siguiente los que nos quedamos allí, volvimos pero en
esta ocasión comimos bastante más ligeritos: Carne
con tomate para compartir y un plato
individual de Huevos rotos con jamón y trufa.
Paco Medina preparó dos visitas gastronómicas,
la primera a una fábrica de embutidos y la segunda a una almazara. Al llegar a
la Cooperativa
la Serrana nos presentó a José
Pérez Gómez, que nos explicó el proceso de elaboración y parte de la
historia de la empresa. La fábrica de embutidos fue creada por emigrantes
olvereños que regresaron a su pueblo natal después de años de trabajo en diferentes
países de Europa: Suiza, Holanda, Alemania… Poco a poco la empresa ha ido
creciendo y en la actualidad la cooperativa está formada por doce socios y 30
trabajadores.
Un aroma a jamones, cañas de lomo,
salchichones…nos acompaña durante el recorrido por las distintas salas de
elaboración, secaderos y cámaras de conservación.
Atentos a las explicaciones, observamos los
diferentes formatos que se emplean en la elaboración de chorizos: herradura,
rosario y bolita.
Sus productos son muy reconocidos y se elaboran
siguiendo la tradición de las chacinas de la localidad, esto forma parte de su éxito,
además del empleo de ingredientes de calidad y de la cuidada elaboración. Sus
productos son principalmente de origen porcino y de pavos. La empresa adquiere semanalmente unas 1.000 cabezas de ganado, la
mayor parte procede de Andalucía y una
menor proporción llega de Cataluña. Embutidos, productos cárnicos y de
volatería se comercializan por diferentes regiones españolas, además de una
parte muy importante que se distribuye en la comunidad andaluza.
Antes de finalizar y realizar nuestras compras
para traer a casa y compartir con la familia, tuvieron la gentileza de
ofrecernos una degustación de excelentes productos, tales como la carne
mechada; salchichón; butifarra, con un
estilo propio del lugar y diferente a las de otros puntos de la provincia y un
producto menos conocido como es la morcilla de hígado. Se vende poco curada, siendo
habitual comerla cortada en lonchas gruesas o bien untada al estilo paté. De
una forma u otra es imprescindible acompañarla con un buen pan. Se elaboran en
algún otro pueblo de la provincia, pero el sabor de estas es inconfundible
posiblemente por la proporción de hígado, sangre y especias. La cooperativa se
encuentra situada en la avenida Julián Besteiro, y además de abrir de lunes a
viernes en jornada de mañana y tarde, podemos adquirir sus productos los
sábados por la mañana.
En esta tierra de olivos y gran tradición
aceitera no podíamos dejar de visitar una almazara, en esta ocasión nos
dirigimos al Molino Las Pilas, una almazara que empezó a funcionar en 1810.
Desde entonces son varias generaciones las que sin parar la han mantenido en
uso; en la actualidad los hermanos Zambrana
están al frente, respetando la tradición del servicio de maquila.
La antigua práctica consiste en que el
agricultor lleva sus propias aceitunas y el molino se encarga de la obtención
del aceite, en contraprestación se entrega una cantidad acordada del producto.
Tuvimos la suerte de ver en directo todo el
proceso, al coincidir la llegada de un pequeño agricultor con unos 1.000 kg de
aceitunas. Las fases son numerosas, la recepción de las aceitunas, limpieza y
lavado, molienda de las aceitunas, batido de la masa o pasta de aceituna,
extracción del aceite en frio y envasado.
La almazara tiene sus propios olivos donde
predominan la variedad lechina, aunque también tienen otras como manzanillo,
verdial y alameño. El proceso es muy cuidadoso con el medio ambiente, así se
aseguran unos aceites de oliva vírgenes de calidad con exquisito aroma y sabor.
Los aceites del Molino Las Pilas están amparados por la Denominación de Origen
de la Sierra de Cádiz.
Antes de marcharnos fuimos a la pequeña tienda
para adquirir algunas botellas de aceite, sorprendiéndonos los bonitos y
distintos envases de cristal. Allí, Gabriel
nos habló del color del aceite que puede variar desde el amarillo verdoso
al verde amarillento. Pudimos comprobarlo pues tuvo la atención de obsequiarnos
con una botella del aceite recién extraído en frío, su tonalidad verde intensa contrastaba
con el aceite de las otras botellas de color más dorado por el tiempo de
reposo. Estos aceites pueden consumirse en crudo, guisos o fritos.
Paco Medina no quiso que nos fuésemos de Olvera
sin realizar una curiosa visita, una
tienda de decoración llamada, Mafáldale, regentada por el
decorador e interiorista, Cris Zamudio.
El joven que goza de gran gusto y profesionalidad nos mostró encantado su
preciosa tienda, en la que se puede encontrar elementos para decorar cualquier estancia del hogar, pero por
darle un toque gastronómico, diremos que observamos diversos muebles,
mantelerías, cristalerías, vajillas y elementos decorativos, que se deben tener
en cuenta a la hora de preparar una buena mesa para comer.
Nos quedó cosas por ver y visitar, así que
volveremos de nuevo. A vosotros que no seguís, animaros a visitar esta preciosa
y acogedora población. Para terminar agradecer desde aquí, una vez más, el trato
recibido por todos, en especial por Paco Medina.
¡Hasta siempre amigos.!