EL COLOR ENTRE MANZANAS Y NARANJAS.
GASTRONOMÍA Y LITERATURA.
Le
debía una tertulia gastronómica a Luis Gonzalo González, nuestro querido y
admirado compañero, también al reconocido artista del color, el de los colores intensos
y vivos, el de la pintura con luz… capaz de transmitir la alegría que el mismo
sentía al pintar.
Luis
era un hombre inquieto, creativo, trabajador incansable, afectuoso, también generoso,
tanto que me propuso estar en nuestra actividad, entre dulces, postres y
repostería. Al mismo tiempo, me anunció: “Dibujaré algo que os va a
complementar vuestra mesa. Os entregaré un recuerdo”. Ante esta intención y
afirmación, no tenía más que corresponderle. Las circunstancias alteraron el
ritmo de la vida, pero no la idea que teníamos, pudiendo dedicarle en su
memoria la tertulia que habíamos ideado entre ambos. El pasado día 30 de
noviembre pudimos ofrecerla, sin duda, la fórmula bastante diferente a la que
teníamos prevista, pero con el mismo cariño a él y ahora a su familia. La vida
es imprevisible y a veces caprichosa, así que ella es la encargada de dar el
tono a los días, pero por mucho empeño que puso, nosotros también teníamos claro,
que en el Ateneo y hablando de Luis, nunca aparecería una tonalidad oscura,
apagada o triste. No, siempre brillante y alegre como él.
El
creativo pintor había elegido el título para la tertulia “El color entre
manzanas y naranjas”. En aquel momento le añadí “Gastronomía y Pintura”, le
pregunté y le pareció bien y así quedó anunciada para el 13 de junio pasado. Ahora
esta segunda parte del título quedaba incompleta, pero el Ateneo Literario,
Científico y Artístico de Cádiz, tiene algo muy especial, aparte de personas de
gran nivel intelectual y cultural, es su talante respetuoso, familiar,
solidario... Pensé que había que coordinar con tacto y gusto esa tertulia,
respetando la primera parte del título y poder ofrecer a Luis, a la familia, a
los ateneístas, amigos y a las personas que nos acompañaran algo que les
llegase a todos y esta vez no teníamos paletas de colores.
Se
me vino a la mente otro admirado y buen ateneísta, Ramón Luque Sánchez, que me
había ofrecido colaborar mutuamente entre su tertulia literaria y la que
personalmente coordino. Me puse en contacto con él y tengo la impresión de que el
resultado fue grato para todos los presentes.
Teniendo
todo ello en mente, solo había que cambiar la segunda parte del título,
quedando: “Gastronomía y Literatura. Homenaje a Luis Gonzalo”. Luego hubo que
encajar los conceptos bien ordenados para un buen desarrollo del acto, debido a
que no se empleaba la forma habitual. Tras la introducción donde se destacó
como se había llegado a esa tarde y destacando su figura artística y el carácter
desprendido de nuestro querido amigo; nuestro compañero, escritor y poeta, Ramón
Luque, leyó un precioso poema, escrito para la ocasión.
AZUL
Al pintor Luis
Gonzalo González, in memoriam
Ese azul, Luis Gonzalo, ese azul
que envuelve a Cristo, ya crucificado,
es una llamarada, es su sudario,
es un canto al Mesías, es plenitud.
Ese azul, Luis Gonzalo, es una cruz,
es símbolo de fe para el cristiano,
es piedad, desconsuelo y el calvario
donde expira y respira el buen Jesús.
Ese azul es la fe, es ese cielo
que nos alumbra el alma, es su consuelo,
es un volcán de Amor, tormenta y luz
que nos lleva a otro mundo sin aristas,
es la obra candente del artista,
es palabra muy dulce… Y eres tú.
Después del sentido y precioso
poema escuchado de la voz de Ramón, hubo que hacer un esfuerzo para contener la
emoción. La mejor manera era darles a conocer a los asistentes unas breves
pinceladas sobre su trayectoria. Su afición por la lectura y la escritura le
viene desde pequeño. Nos lo imaginamos en su localidad natal de Mengíbar rodeado
de libros, papel, lápiz o bolígrafos y practicando hasta conseguir posteriormente
publicar numerosos libros, escribir obras de teatro en verso que han sido
representadas y monólogos. Parte de su obra pertenecen al género de literatura
infantil, complemento a su labor docente. Cuenta con numerosos premios
otorgados por diferentes entidades de Andalucía. A pesar de ser un hombre de
letras, le gusta meterse
en la cocina, atreviéndose con platos tradicionales y recetas más atrevidas, eso
sí que lleven productos de calidad para dar el mejor sabor al paladar, así como
un exquisito aceite, buena costumbre arraigada en Andalucía, pero en especial cuando
se nace en tierras de olivos.
Aquí les dejamos una estrofa leída
por el autor de su espléndido poema Homenaje
al olivo.
Junto al
Mediterráneo hay otro mar
formado por
olivos centenarios,
símbolo es de
un Jaén hospitalario
que es
leyenda, futuro y un cantar.
Había
que continuar también con el concepto primitivo del acto. Las manzanas y las naranjas
debían estar presentes, y las tuvimos de la mejor forma posible, como nos la
brinda la propia naturaleza. Se habló de ambas frutas brevemente, significando
sobre todo las variedades más consumidas en nuestro entorno y sus usos culinarios.
Posteriormente tuvo la palabra Ramón Luque para hablarnos de estas frutas en la
literatura, de su aparición en el Génesis, en la Biblia o en el Cantar de los
Cantares. Nos relató algún fragmento en la poesía andalusí y aludió a la
mención del Arcipreste de Hita. Ambas frutas aparecen con más frecuencia de lo
pensado en la literatura, vinculadas con cuentos, novelas y poesía.
Ramón
Luque nos hizo una extraordinaria y completa exposición, fruto de un estudio
importante sobre la materia. Su intervención la concluyó con un magistral
soneto dedicado a nuestro artista homenajeado, Luis Gonzalo González, titulado El alma del pintor. Ofrecemos un
fragmento.
Tiene dentro del alma este pintor
un pincel que es asombro y es conciencia
que escapa libertaria y busca un lienzo
y allí dibuja un sueño, allí se queda.
Cualquiera que lo admire nos dirá
que ha florecido el verso de una idea
con sus dudas y espacios donde un mago
se ha parado burlón y esparce estrellas.
Las manos del pintor se han vuelto un
ave
de colores muy vivos que da vueltas
pintando un arco iris con mil flores
que el pintor con su arte desintegra.
Nuestra
infinita gratitud y sinceras felicitaciones a nuestro querido compañero Ramón
Luque Sánchez, porque gracias a su admirable participación el acto brilló como habíamos
deseado en merecida honra a nuestro homenajeado.
Queremos resaltar la
maravillosa colaboración de María Teresa García-Negrotto, esposa de Luis Gonzalo,
como a ella le gusta que le sigamos diciendo. Nos acompañó al Centro Cultural
Artístico y Científico, que lleva el nombre del Doctor en Bellas Artes y ejemplar
profesor universitario, porque quisimos conocer el espacio que ella misma y sus
queridas hijas, Mayte y Belén, han querido tener en la ciudad como legado vivo
del artista. Nos facilitó información desde el principio, no solo del artista
sino también de la persona; nos llevo al Ateneo de Cádiz: fotografías, libros,
algunas pinturas del maestro hechas en pequeño tamaño para que lo tuviéramos expuestas
durante el acto; se dirigió emocionada a los asistentes con palabras de inmenso
agradecimiento.
No tenemos suficientes
palabras de gratitud hacia su persona, porque su entrega fue
máxima. Incluso, preparó unas Naranjas en dulce ofrecidas
en la degustación al terminar el acto, junto a las Tartas de manzana y a
las Gelatina
natural de naranja, todo elaborado de forma casera. Los dulces fueron
acompañados con una copa de vino dulce Pedro Ximénez y naranja.
Para finalizar muchas gracias a todos los ateneístas, amigos y tertulianos
por la asistencia. También nuestro máximo agradecimiento a los amigos que nos ayudan
con los preparativos, traslados y degustación, etc. Permitirnos que me dirija
en especial a Valeria por su extraordinaria labor, por las fotografías, por la grabación
y por estar siempre pendiente a todo.