Comenzamos diciendo que en el ciclo de catas ofrecidas
en el Mesón El Lantero, han
intervenido las tres bodegas citadas en el título; sintiendo no poder dar referencias concretas sobre la primera jornada que le correspondió a Bodegas Barbadillo, debido
a que el día de la celebración no fue posible nuestra asistencia. Sí tenemos
constancia que al igual que las ofrecidas por Bodegas Forlong y Bodegas
Callejuelas, fue un éxito de público, de sus reconocidos vinos y de las
tapas elegidas por la familia Maceas-López propietarios del
establecimiento.
El LANTERO.-
El
bar-restaurante está ubicado en la Calle Ancha nº 51 de Sanlúcar de
Barrameda. Es regentado por Mercedes López y su marido Eduardo
Maceas, su hija Giselle se encarga junto a su madre de la
cocina; el padre y su hijo Víctor se ocupan de atender la barra y
los comedores, más otras personas contratadas de apoyo logístico. En la cocina
se preparan platos con productos de la zona, pero también se le hace un guiño a
la cocina zaragozana, caso del Ternasco de Aragón, verduras y
setas traídas expresamente de esa tierra de donde es natural la madre,
Mercedes. Es conveniente avisar si se desea comer cordero y reservar mesa en
especial los fines de semanas (teléfono, 615 26 77 26).
(En la segunda foto, detrás de la barra podemos ver a Eduardo y Víctor Maceas, padre e hijo)
BODEGAS FORLONG.-
El amplio salón que se destina a los eventos gastronómicos se sitúa en la primera planta del local, distribuyéndose las mesas en función de los asistentes, teniendo en cuenta la capacidad y la comodidad de los mismos. Víctor Maceas, es el encargado de presentar las tapas y explicar el porqué se han elegido en función de los vinos que se van catando (En la imagen de la derecha es el chico de camisa azul y blanca).
En la segunda jornada que sí estuvimos
presentes, le tocó el turno a Bodegas Forlong. Ésta nace del proyecto de dos
jóvenes emprendedores que sienten pasión por el mundo del vino, Rocío Aspera
que no pudo estar presente ese día y Alejandro Narváez quien nos habló de la formación
que han necesitado antes de llevar a cabo la elaboración de vinos de calidad, además de adquirir experiencias trabajando en bodegas muy reconocidas. Ellos mismos se han
encargado de trabajar la viña, partiendo de productos naturales para producir
vinos de forma ecológica y artesanal, hasta tal punto que las botellas están
enumeradas a mano una a una.
La finca donde está ubicada la Bodega, es
conocida como “El Olivar de Forlón, en la Vereda de Carrascal. Sus propietarios
se decidieron por este nombre para la bodega, añadiéndole al final una “G”,
pensando en la similitud con la expresión inglesa “for a long time” que significa “para
un largo tiempo”, si suprimimos la palabra time, prácticamente el sonido es el mismo;
pues eso es lo que les deseamos a estos jóvenes viticultores y bodegueros, una muy
larga trayectoria.
PRIMERA CATA.-
Alejandro Narváez nos hizo una introducción defendiendo el terruño del Marco de Jerez, por la situación geográfica donde se encuentra, las bondades del suelo, la climatología y los recursos de la zona. Estos factores unidos al empeño de recuperar los métodos tradicionales persiguen un primordial fin: elaborar vinos de alta calidad.
La primera copa de bienvenida servida a la
entrada fue un Forlong Rosado 2014. Nos comentó sus características una vez nos
situamos en el salón preparado para la ocasión. Una verdadera sorpresa este
vino, de color rosa pálido, que recuerda a la piel de la cebolla y que apuntó es
difícil conseguir en esta zona por las altas temperaturas, pues simplemente el contacto
del hollejo con la prensa suele proporcionarle un tono más oscuro, llamados
rosados sangrados. Esta tonalidad se consigue gracias al esfuerzo de un equipo
que trabaja con tesón y que retira el mosto antes de que tome excesivo color,
el proceso es totalmente artesanal. Un vino ecológico producido en un pequeño lagar
con la variedad de uva Cabernet Sauvignon. Es intenso y fresco en nariz, con
aromas salinos debido a la proximidad al mar y nos recuerda a mermelada de fresa,
endrinas, guindas, a las tomateras en el campo, etc. En boca es un vino
equilibrado, fresco, con una acidez adecuada.
A continuación nos sirvieron un Forlong
blanco 2014 de uva Palomino, en su vinificación lleva un pequeño
porcentaje de Pedro Ximénez para lograr más volumen en boca. La tierra albariza
donde se cultivan las vides concentra gran cantidad de humedad, haciendo que
los vinos sean únicos en el mundo, y seña de identidad de los vinos de Jerez. El
tono es amarillo brillante con reflejos de limón, aromas a flor blanca, a
frutas tropicales, como piña, pomelo y cítricos. La glicerina que se concentra
hace salivar después de haberlo mantenido en la boca. En este primer maridaje,
Víctor Maceas, eligió Ceviche de calamar con dos texturas, explicando
que una parte estaba escaldado y aderezado con mango, manzana, chalotas,
aguacate, cebollinos y una vinagreta de limón y aceite Picual de primera
prensada o sea un A.O.V. E. Las patitas fritas en tempura, se cortan y se unen
para conseguir distinguir ambas texturas.
Le siguió un segundo Forlong blanco 80/20, natural y ecológico. Elaborado con uva Palomino 100%, explicando
Alejandro que en un 80% es una vinificación clásica y un 20% es fermentado como
un tinto. Un vino totalmente natural sin aditivos de sulfitos para la
conservación, para clarificar se emplea fécula de patatas en lugar de clara de
huevos por ir dirigido también al mercado vegano. Se aconseja conservar en
nevera a temperatura constante, pero matizando que tiene poco período de
conservación en estado natural. Por este motivo no se embotellan grandes
cantidades, solo unas 1.200 botellas por añada. Su aroma es dulzón, nos transporta
al olor que desprende un paquete de magdalenas al abrirlo. Su color un tanto
turbio se asemeja a los mostos. El acompañamiento gastronómico en esta ocasión
fue una Ensalada de Bacalao confitado con yogurt, acompañado con almendras
tostadas de la variedad marcona para jugar
con el crujiente en textura y una explosión de sabores diversos en boca.
El turno le llegó a Forlong Asemblage 2013, un
vino elaborado con uvas las variedades Merlot, Syrah y Tintilla de Rota.
Crianza de 12 meses en barrica de roble francés en una proporción del 90%, el
resto puede ser americano, húngaro o español. Posee una graduación del 15%, de
color rojo cereza intensa y de lágrima densa. Aromático, con agradables olores
a mora, ciruela y otras frutas negras, su crianza en madera nos revela matices a
canela y vainilla, también a especias que le proporciona la Tintilla, otorgándole
igualmente una ligera acidez que le permite no sea pesado como es el caso de
otros tintos. Es un vino de largo recorrido en sabor. En este caso Víctor se
decidió por una deliciosa tapa de Alcachofas con taquitos de jamón de bellota,
foie a la plancha con sal en escamas y un toque de Manzanilla de la tierra.
Para concluir la cata un Forlong Tintilla 2014,
elaborada con la significativa uva roteña. El proceso de fermentación se
realiza en tinajas de barro con un control de la temperatura, recuperando de
esta forma un método ancestral. Posteriormente tiene una crianza de 10 meses en
roble francés. A la vista es de color rojo "picota", su aroma fresco, balsámico y
a fruta roja, a Alejandro le evoca a los caramelos “Palotes” de su niñez. Es un
vino seco y persistente que nos anuncia Víctor, va a contrastar muy bien con el
Canelón
de rabo de toro con bechamel y trufa rallada. Una vez probado, llena el
paladar de sabores que limpia la Tintilla 2014.
Forlong además de la calidad de sus vinos
cuida los más mínimos detalles, desde la
numeración manual de sus botellas que hemos visto previamente, pasando por sus
originales etiquetas, ilustradas por la joven diseñadora del Puerto de Santa
María, Victoria Cerezo Doello. Ella ha apostado por dibujos de pescados con traje chaqueta y corbata, que señalan
el buen maridaje con sus vinos blancos; la tierra albariza y el mar
representado por nuestro Atún de almadraba, resaltan la combinación entre los
pescados y el Forlong 80/20; las ilustraciones con vacas para resaltar los tintos
que se adaptan muy bien con los alimentos cárnicos; los camaleones, representan
a los tintos elaborados con Tintilla de Rota, estos peculiares reptiles que
habitan únicamente en las poblaciones costeras andaluzas, al igual que solo es en
esta tierra donde se da esta clase de uva; y para el rosado han optado por una
representación de Alicia en el País de las Maravillas, es decir un vino
especial dentro de una zona de vinos inmejorables. Todas las etiquetas aportan
una presencia muy distinta a lo que estamos habituados a ver, siendo renovadoras
y únicas. Los tapones de corcho sorprenden por su contenido cultural, un conocido
poema de Walt Withman. Los elementos referidos muestran la categoría de esta
bodega artesanal, en definitiva un lujo para todos los sentidos.
Bodega Forlong
Carretera de Jerez a Rota
Kilómetro 5
. Tel.: 620211203.
www.bodegadeforlong.com
email: bodegadeforlong@gmail.com
SEGUNDA CATA.-
En la barra a medida que llegamos los
asistentes a la cata, nos recibían con una copa de Blanco de Hornillos, un vino de aperitivo embotellado por Viña Callejuela S. L.
Camino del Reventón Chico, 27
Sanlúcar de Barrameda, España
Email: info@callejuela.es
Teléfono: +34 617 49 24 83 – +34 607 83 73 54
Los hermanos José y Francisco Blanco, son la
tercera generación de mayetos que determinan el origen de Callejuela. Junto
a su padre Francisco Blanco Martínez, comenzaron a trabajar como viticultores.
Recuerdan con agrado que con apenas quince años realizaron su primera vendimia,
y que sus sueños por entonces consistía en tener un día una bodega, aunque
fuese pequeñita. Más tarde comenzaron con 20 botas en Bodegas Atalaya de Jerez,
en tiempos que fueron difíciles, llegando inclusive a estropeárseles la mitad
de las botas, eso sí afirman con humor que consiguieron un excelente vinagre
que aún todavía perdura. Actualmente son los gerentes de esta bodega de las que
se sienten especialmente satisfechos.
Otro éxito de público en El Lantero, al punto
de colocar una mesa larga para obtener mayor espacio e igualmente estuvimos
muy cómodos.
Pepe Blanco valoró la apuesta de los jóvenes
por el vino de la zona, caso de Alejandro
Narváez de Forlong o de Armando Guerra en su taberna sanluqueña El Guerrita, un
santuario donde se cuida la Manzanilla y los Vinos de Jerez. También realzó la labor del viticultor
y enólogo de la Bodega Callejuela, Ramiro Ibáñez, un estudioso de la tierra que
se dedica a promover y difundir el valor de los pagos del Marco de Jerez. Nos
habló de la colección Pitijopos, un total de seis mostos que se venden juntos
con la intención de mostrar las cualidades de la variedad Palomino en diversos
tipos de suelos. Los pitijopos es la palabra con la que se conoce a las
libélulas en Sanlúcar, insectos que según Ramiro, están envueltos en un halo
especial y hacen “maniobras y cambios de rumbo imposibles”, al igual que los
vinos de Jerez que “han mostrado su capacidad para cambiar y reinventarse una y
otra vez, elevando siempre el vuelo desde las tierras albarizas”.
Una vez instalados en el comedor superior
adaptado como sala de cata para la ocasión, empezamos la degustación de manzanillas
de diferentes Pagos, demostrando como de una misma uva, la Palomino, pueden sacar
diferentes tipos de vinos, según la tierra donde se cultiven. Son varias viñas
las que poseen: Hornillo, Macharnudo, La Casilla, La Choza entre otras y
repartidas entre las localidades de Sanlúcar, Jerez y el Puerto de Santa María.
Pepe, aclaró también la importancia de los buenos mostos, origen de los vinos
de Jerez. La primera tapa ofrecida por Víctor Maceas, a petición de los
hermanos Blanco, fue la Crema de calabaza con viera a la plancha,
un rico contraste.
Luego llegó una Manzanilla madura con un desarrollo de entre 6 a 7 años y un
marcado velo de flor con 15% de vol., el plato elegido para acompañarla, unas
delicadas y exquisitas Alcachofas con almejas al aroma de azafrán.
A continuación una Manzanilla Pasada de la
gama alta de Callejuela y llamada “Blanquito”,
en reconocimiento a su padre, al ser la bota de la que bebía la familia. El
proceso es diferente pero similar al Fino de Jerez, el calor rompe el Velo en Flor
y entra en contacto con el oxígeno, esto le aporta un sabor distinto. Es
también más estructurada con crianza oxidativa y biológica, de color amarillo
dorado. Olor intenso y concentrado, con aromas a frutos secos, yodo, algas y
flores blancas. Sabor muy seco y salino con gusto intenso y persistente. La propuesta de El Lantero para acompañar esta
copa, un buen Atún encebollado y en escabeche suave con manzanilla, muy
conseguido en su ejecución.
La guinda la puso el Oloroso El Cerro, un vino premiado por El Mundo Vino (Diario El
Mundo), en su edición XXII, como uno de los tres mejores vino de España. Este
generoso de Sanlúcar, fresco y sutil, que se embotella en un formato de 50 cl y
que conforman la selección de vinos más tradicionales de la bodega. Es muy
aromático sobresaliendo el olor a puro fruto seco. En boca es fino y muy elegante.
La elección del maridaje fue una sabrosa Carrillada ibérica con crema y hojitas de
puerros a la manzanilla.
Ante de finalizar la cata los hermanos Blanco
y Víctor Maceas, elogiaron la labor de Jorge Reyes y María Fernández de la
Agencia de Publicidad Gatonauta. Los jóvenes han intervenido en la organización
de las catas, haciendo un gran trabajo. Ellos manifiestan su predilección por el
mundo de la gastronomía y el vino, donde trabajan con bodegas y enólogos en
los diseños de etiquetas y otros
proyectos afines, inclusive en la actualización creativa de marcas, presentando imágenes innovadoras de los tradicionales vinos del Marco de Jerez.
Para dar por terminado el acto realizamos un
brindis por los buenos vinos de Bodegas
Callejuela y por la combinación equilibrada de los platos presentados por El
Lantero. Nuestras felicitaciones a todas las personas que han hecho posible
estas jornadas y muy particularmente a Mercedes y Giselle, por su buen hacer en
la cocina, además de dejarnos entrar en sus impecables fogones.
Igualmente significar la compañía de las
distintas personas asistentes en las catas, amigos relacionados con el mundo de
las gastronomía y amigos de la hermosa localidad sanluqueña caso de Lilianne, Cari, Antonio Reyes, Mari Carmen,
José Luis, Lola, Lourdes y Manolo de El
Huerto de Tía Lou; Pilar Ruíz Rodríguez-Rubio del blog Aprendiendo
a Cocinar, que asistió con sus adorables padres: Cristina y Daniel; Miguel Duarte y Lola López del blog La
Fritada, a quien le agradezco nos haya cedido varias fotos. Cada uno de los asistentes aporta lo mejor de sí, consiguiendo de esta forma unas veladas
excelentes.
TERCERA CATA: LA AMISTAD.-
Para poner el punto final, permitidnos amigos,
hagamos una mención especial a Antonio Reyes. Un sanluqueño que ejerce de ello,
perfecto anfitrión de la tierra que adora y abandera para que propios y
visitantes se rindan antes sus encantos. Su generosidad además le lleva a poner
a disposición de las personas amigas, entre los que tenemos el honor de
encontrarnos y con cada encuentro aumentando más el sentido de la palabra,
cualquier producto gastronómico digno de mención de Sanlúcar de Barrameda. En esta ocasión y
antes de despedirnos, nos invitó a un delicioso “Cream” acompañado
de las exquisitas tortas de aceite del Horno de San Rafael, además nos obsequió
con unos paquetes de picos elaborados con aceite de oliva, que si los come solos
son un auténtico aperitivo; lo hemos disfrutado con distintos aperitivos, con el rico queso de oveja de la quesería de nuestra amiga Charo Oliva de Villaluenga
del Rosario, son un auténtico deleite. ¿Hay alguien que dude todavía que Cádiz y
sus gentes son realmente para comérselos?
Yo no tengo ninguna duda prima, empezando por vosotras que lo haceis muy bien todo, me ha encantado el reportaje y todo lo que habeis puesto es una delicia, un beso
ResponderEliminarGracias, preciosa. Me alegra te haya gustado la crónica. Los vinos de ambas bodegas y el mesón si pasas un día por Sanlúcar seguro serán de vuestro agrado. Besos, prima.
ResponderEliminar