Éste es el título de la conferencia que Ángela Gallego nos ofreció en la tertulia gastronómica el pasado 3 de diciembre, acercándonos a mitos, hábitos, prácticas y aportaciones culinarias. Antes de empezar su intervención la coordinadora hizo una breve introducción y presentó a la invitada.
Ángela Gallego nace en Cádiz, en la céntrica calle Sacramento, más tarde su padre, cartógrafo de la armada, junto a su familia se trasladan a las casas militares de Bahía Blanca. Inicia sus estudios en el Colegio Esclavas Sagrado Corazón de Jesús, luego pasaría por el Instituto Santa María del Rosario y posteriormente se traslada a la Universidad de Sevilla donde obtiene la licenciatura en Filosofía y Letras. Más tarde entra a formar parte del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Antropología, materias por las que siente especialmente atraídas. Ha realizado diferentes estudios sobre el folklore popular, la religiosidad del pueblo, la historia de la gastronomía y las fiestas, todo dentro del ámbito de la comunidad autónoma de Andalucía.
Ángela también
forma una familia y compagina su profesión con actividades propias del hogar,
prestando especial atención a la alimentación de los suyos e ingeniándoselas
para ofrecer sanos y ricos menús en el día a día.
Su pasión por la
cocina hace que comparta e intercambie conocimientos, trucos y consideraciones
con otras amas de casa, a las que les une la afición por los fogones. Esto
proporciona, que junto a once amigas, decidan fundar en el año 1996 el Grupo
Gastronómico El Almirez, siendo en la actualidad la Secretaria de la
Asociación. Además de su
gran afinidad y el gusto por la buena mesa, tienen en común un gran interés por
la gastronomía en general y en especial por la de la provincia gaditana.
Asiduamente se desplazan por las distintas localidades donde se organizan
eventos y actividades gastronómicas, participando activamente en las mismas. Ángela
también ha intervenido en uno de los éxitos del Grupo, la publicación de dos
libros de recetas: Dulcería El Almirez y Lo mejor de El Almirez.
Años más tarde y
en la línea de divulgar sus conocimientos culinarios, se animan a formar parte
de las redes sociales, creando el blog del Grupo El Almirez, del que Ángela es
la administradora.
La experiencia
personal y la buena disposición de Ángela, han hecho posible su colaboración en
diversas jornadas, conferencias y cursos organizados por instituciones y
establecimientos de la ciudad. Igualmente ha participado como jurado en
numerosas ferias, rutas y muestras gastronómicas. También ha prestado su
colaboración en distintos programas de radio. Pertenece a FECOAN y a FECOES,
Federaciones de Cofradías Vínicas y Gastronómicas de Andalucía y España
respectivamente, siendo de ésta última encargada de la organización de eventos
y actividades culturales en la provincia de Cádiz. Asimismo forma parte del Consejo Europeo de Cofradías
Enogastronómicas. En el 2011 fue nombrada “Cofrade de honor” de la Cofradía
Gastronómica del Algarve.
Ángela comenzó
explicando que para entender mejor el origen y significado de la Navidad había
recurrido a ciencias como la historia, la antropología, el folklore, la devoción
popular, religiones comparadas. El conocimiento de nuestras tradiciones ayuda
a comprenderlas y sentirlas con mayor intensidad, en especial para transmitirla
a las nuevas generaciones como parte de la propia identidad y cultura.
Puntualizó que partimos de
la demostración histórica de la existencia de Jesucristo, aunque la escasez de
datos escritos o arqueológicos no resuelve preguntas concretas como la fecha exacta
del nacimiento de Cristo, el lugar donde nació, quienes eran los reyes, etc., son
temas que se manejan sobre la hipótesis. Otro inconveniente es que la iglesia
católica solo admite un determinado número de fuentes que son aquellas que se
consideran reveladas y están dentro del canon eclesiástico como son el caso de
los evangelios del Nuevo Testamento,
teniendo en cuenta que entre ellos no existen una completa coincidencia.
La fecha de celebración de la Navidad es el 25 de diciembre desde que el Papa Liberio en el siglo IV, la hace coincidir con
las grandes fiestas del solsticio de invierno, que se celebraban entre los días
20 y 25 de este mes dedicadas al “Sol Invictus”.
Probablemente se eligió considerando que en ese día quien tenía que nacer era
la luz misma, recordando las palabras de Cristo: “Yo soy la luz del mundo”, una
forma de reconvertir esas tradiciones paganas en favor del cristianismo. No
existe una conclusión definitiva del lugar de nacimiento de Jesús, la tradición
desde la antigüedad señala a la ciudad de Belén, aunque también hay otras
versiones que apuntan a Judea, Nazaret e incluso Cafarnaúm. También es
importante decir que estas contradicciones no influyen en la realidad histórica
de la existencia de Jesús.
En el siglo V el Papa Sixto
III celebra la primera misa de Navidad, fue oficiada a medianoche, justamente en
el paso del día 24 al día 25, haciéndola coincidir con el nacimiento de Jesús. Tuvo
lugar en la antigua Basílica paleocristiana
de Santa María la Mayor, estableciendo que fuese “Ad galli cantus”, es decir cuando el gallo
cantara, así denominaban los romanos las horas entre la madrugada y el clarear
del día; se puede decir que es el origen de la Misa del Gallo.
Los primeros
villancicos surgieron en el siglo XV, eran canciones populares cantadas por los
habitantes de las villas rurales, de ahí su nombre. Más tarde se incluiría
temática religiosa, interpretándose en templos e iglesias. Otra importante
tradición es el Belén, se atribuye el primer montaje a San Francisco de Asís.
Fue Carlos III quien lo introdujo en España en el siglo XVIII. El monarca tenía
pasión por los Belenes que se representaban en Nápoles, quiso tener el suyo
propio, estando interesado durante toda su vida en agrandarlo. Llegó a tener
casi seis mil figuras, en la actualidad
se conservan ochocientas, pudiéndose ver en el Patio de Columnas del Palacio
Real de Madrid, está montado durante todo el año y se puede visitar
gratuitamente.
La figura de los Reyes es otra de nuestras tradiciones, la imagen que tenemos de ellos se va gestando entre el siglo III y el
siglo XV. En un principio el número variaban según el sitio y tradiciones: 2,
3, 4, 6, 12 y hasta 60. Fue el padre de la iglesia Orígenes, quien en función
de los presentes: oro, incienso y mirra señala un rey por obsequio dejando el
número en tres. Hasta el siglo XVI no aparece el primer rey negro en la
iconografía cristiana, de esta manera la iglesia muestra su intención de representar
a todas las razas del mundo.
Existen también otras
manifestaciones que nos llegan de tradiciones celtas, distintas a nuestra cultura pero también son
muy antiguas, son los casos de los árboles de Navidad, de los adornos cada uno
con su símbolo como el acebo, el muérdago, la luz, las velas, los suecos… asimismo
personajes de otros lugares como San Nicolás o Papa Noel, encargados igualmente
de traer regalos por estas fiestas. De la misma forma podemos encontrar a otros
protagonistas que en esas fechas son los encargados de repartir obsequios entre
los niños, en España están: el Olentzero
en el País Vasco y la Fumera en la Costa Brava.
La segunda parte estuvo
dedicada a la gastronomía navideña, destacando que la comida en todas las
fiestas tiene mucha importancia, especialmente por dos razones antropológicas: por
una parte, la comida como lazo de unión entre personas, ya sean familia, amigos o grupos, y por otra, la
opulencia como signo de distinción entre lo cotidiano y lo festivo. Aunque si
es cierto, que muchos de los alimentos propios de las distintas fiestas han
pasado a ser alimentos habituales, se
comen durante todo el año, perdiendo en parte el significado especial que antes
tenían, siendo sustituidos por productos de lujo pero sin tradición.
En nuestro país hay platos
de todo tipo para estos días de celebraciones, aunque tradicionalmente la
comida de Navidad está unida al pavo. Fue en el siglo XV cuando aparece el pavo
en España. Llega de Méjico y especialmente empieza a estar presente en los
grandes banquetes de la corte de los Austrias, muy reconocido por reyes, nobles
y luego los burgueses hasta extenderse al pueblo llano y hacerse popular.
Pero lo que verdaderamente
es indiscutible en una mesa de Navidad son los dulces como turrones,
polvorones, mazapán… Su presencia tiene especial importancia desde la antigüedad,
debido a la obligación del ayuno el día de Nochebuena. Las gentes asistían a la
Misa del Gallo y al regreso ya había concluido el ayuno, a esas horas de la
madrugada se preparaban un apetitoso chocolate con unos pestiños o dulces
típicos en cada región, llamado “resopón
navideño”, también podía consistir en
una verdadera y propia cena de varios servicios, según el apetito y las
posibilidades de las familias.
Además aparecen dulces hechos con harina de trigo, elemento de gran simbolismo. Los roscos de reyes que tienen su aparición en el siglo XIII o el tronco de Navidad que aunque no es habitual en Andalucía, tiene bastante tradición en Cataluña y sobre todo en Francia.
Uno de los dulces con más
presencia en estas festividades es el turrón. Inicialmente eran totalmente artesanales, elaborados por los campesinos que
aprovechaban su cosecha de almendras y la miel de las colmenas, haciendo una
pasta que consumían a lo largo del año, hasta que empezó a ser muy preciada por
lo que pasaron a venderla. En el siglo XVI se tiene constancia en las actas del
Cabildo de Jávea que el municipio compra a los campesinos partidas de turrón para celebrar la Navidad.
La primera
fábrica fue la de Monerris Sirvent, en ella se instaló el primer motor de vapor
y grandes calderas donde se batía el turrón, con anterioridad todo el proceso
era manual.
En la imagen se aprecia una
lista de precio que nos da idea de los tipos de turrón que existían en la
época.
Andalucía aporta
a la Navidad dos dulces muy característicos: los pestiños y los polvorones. Los
pestiños pueden tener un origen diverso, es posible que intervengan componentes de las tres culturas que había en
España en ese momento: la judía, la musulmana y la católica. De hecho tienen
gran similitud con las Shebbakiyya, otro dulce árabe considerado igualmente
frutas de sartén. Se tiene constancia que se hacían en los conventos en el
siglo XVI, elaborándose con una masa de harina, miel y sésamo, es muy probable que
a estos lugares hubiesen llegado de manos de las sirvientas musulmanas de las señoras que cogían los hábitos. Por
otra parte, el empleo de naranja amarga lo relaciona con la gastronomía
judía.
Por otra parte
los polvorones y mantecados tienen un origen cristiano, puesto que ni árabes ni
judíos consumen productos del cerdo como es la manteca. Aparecen vinculados a
Estepa desde el siglo XVIII, concretamente con el convento Santa Clara de Jesús,
aunque la fórmula actual la facilita Filomena Ruiz Téllez, conocida por La
Colchona, introduciendo en la receta el tostado de la harina.
También Cádiz añade dulces
especiales a la Navidad, fundamentalmente el Turrón
de Cádiz y los Alfajores. Este turrón elaborado
en forma de cofre, hecho de mazapán, capas de frutas confitadas, yemas y sidra.
Esta singular fórmula es del pastelero Antonio Vals Garrido, gerente de la
antigua cafetería Viena.
El alfajor tiene
origen árabe procede del alajú que aún se sigue haciendo en la zona del
Levante, una pasta de frutos secos con especias y almendras que se pone entre
dos obleas. La receta que se sigue haciendo es la revelada por Mariano Pardo Figueroa, el célebre Doctor Thebussem, en un escrito a mitad del siglo
XIX. En él dejaba constancia de los ingredientes que debían de tener: miel,
almendra molida, cacahuetes, canela, ajonjolí, cilantro, clavo y pan rallado,
así como el peso y la medida adecuada.
Completísima la
conferencia de Ángela Gallego, que además de hacer un repaso minucioso por las
costumbres navideñas de nuestra cultura y la de otros países, nos descubrió interesantes
datos históricos y curiosos detalles acercándonos más a estas entrañables
tradiciones. Se despidió aconsejando evitar los excesos y disfrutar de estos
días junto a la familia, añadiendo una bonita felicitación: “Recuerda las cosas
buenas que te ha dado la vida y piensa que la mayor felicidad es hacer felices
a las personas que queremos”. A ella nos
sumamos nosotros y os deseamos a todos
FELIZ NAVIDAD
Que pena que no pude asistir, pero ya sabes donde estaba, para el año que entra no pienso perderme ni una, un abrazo primas
ResponderEliminarMamen te vi disfrutando con parte de la familia en Málaga y me alegra mucho. Habrá otras oportunidades, aunque ésta además de interesante fue muy cercana al estar dedicada a la Navidad y sus tradiciones. Besos.
EliminarQué buena charla, qué bien debió estar, y qué bien lo has pasado al blog, para que así podamos leerlo los que no pudimos asistir. Gracias y Feliz Navidad.
ResponderEliminarSí Lola, fue muy completa y estupendamente expuesta por Ángela. Muchas gracias por tu gentiliza conmigo, igualmente te deseo pases una feliz Navidad junto a tu familia y en especial con el pequeñín. Besos
EliminarQue buen resumen. No falta nada. Gracias por tu amistad. Ángela.
ResponderEliminarEl estudio realizado, la preparación de la ponencia, la proyección repleta de imágenes ilustrativa y la extensa presentación de estas significativas tradiciones, muestran un importante esfuerzo y, con este resumen en el blog espero que un mayor número de personas conozcan tu trabajo. Enhorabuena amiga Ángela, te agradezco enormemente tu participación.
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