jueves, 14 de enero de 2016

RECORRIDO POR EL PARQUE NATURAL DE LA BAHÍA DE CÁDIZ



Hay oportunidades que no se pueden dejar escapar y eso nos ha ocurrido con la extraordinaria visita al Parque Natural Bahía de Cádiz, catalogado como Zona de Especial Protección para las Aves y Humedal de Importancia Internacional, de la que nos  informó Lola López de la Orden del Blog La Fritada y que organizó conjuntamente con Mara Escassi Revuelta y Juan Martín Bermúdez de la Fundación Salarte, quienes nos acompañaron durante todo el recorrido, mostrándonos el valioso patrimonio medioambiental de la Bahía Gaditana. 
Empezamos por el Parque Metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de la Algaida, donde se organizó el grupo, realizándose los saludos y las presentaciones pertinentes en la Casa de los Toruños. Este lugar cuenta con varias salas, biblioteca, bar, tienda y otros servicios. 
Allí se unió Dani, uno de los guías del Parque y con él accedimos a la Sala de Interpretación para tomar un primer contacto y atender a la amplia información que nos facilitó sobre la geomorfología, flora, fauna y etnografía de lugar y que posteriormente nos enseñarían in situ.  
A continuación nos subimos al tres neumático que recorre parte del Parque y cómodamente fuimos atendiendo a las explicaciones dadas sobre las diversas riquezas naturales de la zona. 
Fundamental en el ambiente es el origen y evolución del río Guadalete. El caño del Río San Pedro constituía un ramal secundario del mismo formando parte, junto a las marismas, del estuario que el cauce fluvial formaba en su desembocadura. El río se puede atravesar por puentes de maderas que además ofrecen bellas panorámicas. 
La vegetación es la propia de las marismas, que sufren inundaciones frecuentes marcadas por las mareas. En las planicies intermareales, zonas cubiertas de agua de forma permanente, dominan las algas verdes llamadas pelillo (Enteromorpha) y la lechuga de mar (Ulva). En la marisma baja viven plantas que se han adaptado a esta oscilación como la espartina, que sufre dos inundaciones diarias con la pleamar. Los almajos (Sarcocornia perennis) y las sapinas (Salicornia ramosisima) predominan en la marisma media. Las zonas que solamente se inundan con pleamares vivas equinocciales se corresponden con la marisma alta, en esta superficie conviven el salado (Limoniastrum monopetalum), la verdolaga (Halimione portulacoides), el brezo marino (Frankenia laevis), etc.   
A medida que nos alejamos del caño, las plantas cambian mezclándose con el monte bajo mediterráneo hasta llegar a los pinos piñoneros (Pinar de la Algaida) entre los que aparecen sabinas, y un sotobosque formado por retamas, lentiscos, enebros, jaras, palmitos, etc. 
En plena naturaleza podemos también encontrar algunas especies de vital importancia y de obligada protección, pertenecientes al género humano y a la clasificación especial: amigos; como es el caso de Charo Barrios del Blog Come en Casa.  
Otro grupo valioso es el de los pescadores autorizados, Dani nos explicó que además de ejercitar esta afición, son verdaderos guardianes y vigilantes del Parque Natural por el que sienten predilección.  
Una vez finalizada la primera parte nos dirigimos al embarcadero Elcano para continuar con la segunda etapa dirección a la Isla del Trocadero. Este enclave fue declarado  Paraje Natural en 1989, así como Zona de Reserva del Parque Natural Bahía de Cádiz. Desde 2012 este espacio fue nombrado Zona Especial de Conservación de la Red Ecológica Europea Natura 2000, en la actualidad quedan sólo 4 salinas artesanales en activo.
Allí nos esperaba el barquito de Salarte, una entidad privada sin ánimo de lucro que trabaja desde 2012 con la vocación de recuperar, gestionar y poner en valor la marisma salinera mediante la puesta en marcha de iniciativas científicas, medioambientales, etnográficas, económicas y socioculturales. Esta asociación es la única ONG privada que gestiona una Zona de Reserva de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía. En la foto Juan Martín y el joven de la familia Machaca preparando el barco para el trayecto. 

Martín Bermúdez es uno de los promotores de esta organización y además de potenciar la biodiversidad y mejorar el funcionamiento ecológico de este amplio espacio, consiguiendo múltiples beneficios de los recursos endógenos, es un profesional apasionado por la riqueza natural de la Bahía gaditana con amplios conocimientos del territorio. En estas imágenes nos muestra restos de la muralla que rodeaba la isla, construida con la característica piedra ostionera (caliza fosilífera) de la zona, y que da una idea de la importancia de este lugar en el siglo XIX cuando las tropas napoleónicas asediaron Cádiz.


El ejército francés estableció su campamento en el Pinar de la Algaida, construyendo también baterías de las que apenas quedan restos. Tras la retirada de las tropas se levantó la Cortadura de San José, hoy Caño de la Ministra, para facilitar la defensa de la península del Trocadero. Este sería el principal escenario de la Batalla del mismo nombre en la que salieron victoriosos los llamados Cien Mil Hijos de San Luis. En recuerdo existe en Paris una plaza con el nombre de Trocadero. 
Seguimos navegando hasta llegar a la antigua salina La Covacha, ubicada en el término municipal de Puerto Real, lugar que gestiona Salarte desde febrero de 2014.  La fundación no cuenta con recursos económicos suficientes para realizar inversiones, pero a través de voluntariados ambientales, acuerdos puntuales y visitas guiadas han logrado reparar estructuras y manejar diariamente el agua para garantizar la producción biológica y la reproducción de espátulas (Platalea leucorodia), así como conservar y recuperar el hábitat natural y las especies del entorno. Para ello están intentando desarrollar un turismo ornitológico sostenible, así como programas de educación ambiental y actuaciones didácticas. 
La Covacha está siendo transformada en Reserva Natural por esta entidad y con la ayuda de veteranos y expertos mariscadores que velan por el entorno, especialmente con los miembros de la familia Machaca. Los responsables de Salarte nos invitaron a subir a la plataforma que tienen instalada en la antigua salina que permite disfrutar de una espectacular panorámica, además de facilitarnos mediante telescopios la observación de aves del entorno tales como: zarapitos, charrancitos, nidos de espátulas, flamencos y algunos cormoranes. Estas últimas aves ofrecen una imagen muy peculiar en el enclave natural, debido a que son capaces de zambullirse a mucha profundidad bajo el agua para capturar peces, pero al tener un plumaje poco impermeable para secarse extienden sus alas en postura muy característica de esta especie. 
De nuevo regresamos al barco, ahora el cielo se iba cubriendo de nubes y arreciaba algo más el viento, pero bien abrigados y gracias a la destreza de Juan en el manejo de la embarcación, volvimos sin problemas, sonriendo y comentando la estupenda experiencia vivida. 
Finalmente llegamos con apetito al Estero El Boli en Puerto Real donde trabajan la familia los Machaca, y que tenían preparado un rico picnic compuesto de camarones de estero y camarones del porreo, carne mechada casera, quesos…todo regado con manzanilla y tinto de la tierra, dando buena cuenta de ello. 
Antes de marcharnos subimos unas escaleras para desde una terraza divisar y despedirnos de los esteros. Un estupendo día que agradecemos a Lola López, a Salarte, en particular a Juan Martín Bermúdez por compartir sus conocimientos y a la entrañable familia los Machaca por atendernos de forma tan agradable.


Para terminar felicitar a todas las personas que componen la Asociación Salarte y el equipo de voluntarios por proteger y preservar el maravilloso patrimonio natural de la Bahía de Cádiz, deseándoles toda la suerte y apoyos posibles para que continúen con esta extraordinaria labor.
Contacto Salarte: e-mail contacto@salarte.org. Tel: (+34) 667 641 746